La Voz de Galicia

El arrastre de fondo se parapeta en la Eurocámara, que opta por parar los pies a Sinkevicius

Pesca y Marisqueo

Rechaza el plan de vetar esa arte en áreas protegidas de la UE

22 Jan 2024. Actualizado a las 05:00 h.

Tradicionalmente era el Parlamento Europeo el que aportaba el matiz verde a la Europa Azul, apelativo familiar por el que se conoce a la política común de pesca (PPC), esas reglas que emanan de Bruselas para el conjunto de los Veintisiete, por más que a alguno no le afecte. Pero cómo vendrá de cargado con sesgo medioambiental el plan de acción para la conservación de los recursos pesqueros que ha presentado el Ejecutivo comunitario para que, incluso la Eurocámara, tan dada a esa tonalidad, le haya dado un tirón de orejas por haberse pasado con el tinte verde dentro de una política en la que no debe dejar de percibirse el azul.

La mayoría de los eurodiputados apoyaron el jueves el informe del que ha sido ponente el popular alemán Niclas Herbst. Un texto que sale en defensa del arrastre de fondo y que reprende a la Comisión por proponer prohibir que faene en todas las áreas marinas protegidas de la Unión Europea (UE). Eso era lo que se desprendía del paquete con el que la Comisión se descolgó en febrero del año pasado que abogaba por elevar hasta el 30 % las áreas marinas protegidas en la Unión Europea, de las que sería expulsado el arrastre de fondo y no solo del 10 % para las que se buscaba una veda integral.

El informe consiguió adhesiones de todo el espectro político salvo de los más verdes del grupo de los Verdes, empecinados en que la parte medioambiental es el primer mandamiento de la sostenibilidad y debe priorizarse. Aún así, el texto se aprobó por 402 votos a favor, 95 en contra y 57 abstenciones, concordando la mayoría en que «el plan de acción de la Comisión no es coherente con otras prioridades», como puede ser la necesidad de fortalecer el crecimiento económico y el empleo. Es decir, las otras dos patas de la sostenibilidad: la social y la económica.

Movilización de los pescadores

Herbst se remontó a lo ocurrido hace casi un año, cuando Bruselas presentó su tan mentado plan de acción. Cosechó críticas desde el primer momento. Reproches que llegaron de la Eurocámara, del Consejo de la UE y de los propios pescadores, que protagonizaron una protesta inédita y se movilizaron en todos los países costeros de los Veintisiete. «El sector de la pesca quiere escuchar que trabajamos con ellos, no contra ellos. No se pueden imponer prohibiciones con carácter general, sino que tienen que ser soluciones regionalizadas, adaptadas a las zonas en cuestión», adujo el eurodiputado popular. Y afeó el intercambio de culpas entre la propia Comisión y los titubeos del Ejecutivo sobre el valor legislativo real de la propuesta. Un peso que la socialista Clara Aguilera tuvo presente desde el minuto uno y que recordó en la sesión del jueves: «Estamos hablando de un documento político, no normativo, pero que pretende algunos cambios trascendentales más allá de la PPC», dijo. Sin perder de vista, además, que al final se ha simplificado para acabar en «un pimpam contra la pesca de arrastre», cuando a esta arte —que «no toda es igual y se están corrigiendo para que tenga un menor impacto», apostilló—, «no se le puede atacar con esa beligerancia».

También el eurodiputado gallego Francisco Millán expuso que «actuar no significa prohibir» y cargó contra el empeño de la Comisión de «estigmatizar el arrastre de fondo», sin el que no se podría tener sobre la mesa especies básicas de la dieta de los europeos. Aludió también al problema generado por decretar, sin informes científicos, 87 vedas a las artes de fondo que, por generalizar, se ha dañado al que precisamente Bruselas consideraba como paradigma de la sostenibilidad: el pincho, o palangre de fondo.

Tal lluvia de reproches obligó al comisario de Medio Ambiente, Pesca y Océanos a tratar de dejar claro que «el plan de acción no pretende imponer medidas legales; simplemente es un mero compromiso político para que funcionen las medidas que ya están en marcha», se defendió Virginijus Sinkevicius. Que además aclaró que la única intención de la Comisión era «proteger mejor los fondos marinos de las artes de pesca más dañinas y que consumen más combustibles fósiles», escudándose en que cuando estalló la guerra de Ucrania y el combustible se puso más que por las nubes, el sector pesquero lo pasó mal como para no intentar una descarbonización que será tan beneficiosa para ellos como para el medio. E incluso enmendó sus palabras y rebajó la inquina que le hizo presentar al arrastre de fondo como «la actividad más perjudicial para el fondo marino». Dijo en la sesión que no se proponía «una prohibición total del arrastre de fondo», cuando además es consciente de que se están aplicando nuevas técnicas más respetuosas. «Y eso es lo que estamos pidiendo» en ese plan de acción «que se usen esas técnicas que están disponibles con un cierto control», matizó. Ahora bien, se mantuvo en sus trece cerrándose a permitir aumentar la capacidad de la flota europea, sugiriendo que debe aprovecharse el sobrante de los países que no llegan a su máximo, y puso reparos a la financiación adicional, al considerar que ya hay líneas abiertas a las que recurrir.


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