Casi 23 millones parados en España por las restricciones europeas para modernizar pesqueros
Pesca y Marisqueo
Limitar la eslora a 24 metros frena «la construcción de buques más eficientes y con mejores condiciones de trabajo a bordo»
01 Dec 2024. Actualizado a las 05:00 h.
Como norma general, con cargo al Fondo Europeo Marítimo, de Pesca y de Acuicultura (Fempa) la UE prohíbe conceder ayudas para construcción o compra de barcos. Cumpliendo numerosos y complejos requisitos, los Gobiernos nacionales sí pueden subvencionar el «aumento del arqueo bruto para mejorar la seguridad, las condiciones de trabajo o la eficiencia energética», la «sustitución o modernización de un motor principal o auxiliar» e incluso la «primera adquisición» de un pesquero. En todos casos, a condición de que no superen los 24 metros de eslora. Y esa «restricción reduce inevitablemente» la modernización de la flota. De hecho, en España están parados los casi 23 millones de euros reservados en el Fempa para esas excepciones.
«Hasta el momento, no se ha registrado en España ninguna operación» para acogerse a esas medidas de apoyo a la modernización, según una de las conclusiones de un taller del Comité de Pesca del Parlamento Europeo que analizó días atrás cómo el Fempa «puede contribuir a dar forma positiva al futuro» de la pesca comunitaria.
En el caso español, donde en realidad ni siquiera quedan en activo los 7.365 pesqueros registrado al finalizar el 2022, miden menos de 24 metros de eslora nueve de cada diez. Son los potenciales beneficiarios de unas ayudas que sobre el papel permitirían alcanzar dos de las prioridades del Fempa: «el apoyo al relevo generacional y la descarbonización de la flota». Sin embargo, «cuatro estudios elaborados por investigadores independientes» confirman que la limitación del tamaño máximo condiciona la modernización, tantas veces reivindicada por Luis Planas, ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, entre otros muchos.
Contadas excepciones en los 22 países costeros de la UE
De hecho, de los 22 países costeros de la UE, solo 12 han consignado dinero del Fempa para la primera compra de un pesquero y para el aumento de arqueo y solo 16 para sustituir motores. Y hasta el pasado junio, únicamente se subvencionaron 13 primeras adquisiciones de barcos y 39 modernizaciones de propulsores.
Además de describir el panorama general de la flota comunitaria, en el taller del Comité de Pesca de la Eurocámara se analizaron los casos particulares de tres países (España, Francia y Países Bajos), formulándose recomendaciones para cada uno de ellos.
«Crucial» para renovar la flota española
De España se ocupó la consultora independiente Alicia Sanmamed. Datos del 2022 en los que la principal variación ha sido la imparable reducción de la flota operativa, revelan que el 9 % de los barcos de bandera española miden más de 24 metros y aportan más del 60 % de las capturas y suman más de la mitad del arqueo bruto. Sin escuchar demandas compartidas por autoridades españolas, gallegas y de otras autonomías, y por el propio sector, la Comisión sigue tomando el tonelaje y la potencia motriz como indicador de la capacidad de capturas, pese a que la mayoría de las especies están reguladas por cuotas.
Por su eslora, ninguno de esos 660 buques españoles tiene acceso a las subvenciones del Fempa. Queda por ver si la nueva Comisión Europea, en la que está al frente de la comisaría de Océanos y Pesca el chipriota Costas Kadis, endereza el rumbo y toma medidas para cambiar la incontestable realidad de que la edad media de los pesqueros españoles supera los 35 años.
Y, por tanto, como señala el informe de Alicia Sanmamed, «la flota necesita renovación y modernización para garantizar buques más seguros, eficientes y cómodos». «Sería crucial para alcanzar el objetivo de descarbonización y servir de incentivo para las futuras generaciones de pescadores».
«Adaptarse a las necesidades económicas, ambientales y sociales»
«Basándose en la evidencia proporcionada por los cuatro estudios», el taller de la Comisión de Pesca del Parlamento recomienda que los instrumentos financieros de apoyo a la pesca, como el Fempa, «deberían contemplar condiciones menos restrictivas». Así podría contribuir a aumentar su eficacia y, al mismo tiempo, evitaría «posibles efectos negativos».
«Para evitar la sobrecapacidad o la sobrepesca a nivel de segmentos o de la flota nacional en su conjunto», propone limitaciones que no impidan a los pesqueros que cumplan los requisitos exigidos «adaptarse a las necesidades económicas, ambientales y sociales».
A partir del análisis de la flota pesquera española, aboga por establecer en la UE «una estrategia común de descarbonización, tanto para la artesanal como para la industrial». Dándole la razón a todos los que apuestan por cuidar el mar para seguir viviendo de la pesca y suministrando alimentos, considera que «se debería permitir la construcción de nuevos buques que sean más eficientes energéticamente y ofrezcan mejores condiciones de trabajo a bordo». Y también aconseja «crear un fondo de inversión de emergencia para acelerar la respuesta a las necesidades para implementar la transición energética».