Los milagros del látex

Resulta curioso el empeño de Hollywood en sacrificar el buen aspecto de sus estrellas femeninas, cuando hasta ahora parecía una tendencia reservada al mundo masculino: no hay más que recordar a Robert de Niro en Toro salvaje o en Los intocables; o, más recientemente, a Eddie Murphy en las dos entregas de El profesor chiflado. Fue Goldie Hawn una de las primeras en prestarse a lucir sobrepeso en La muerte os sienta tan bien gracias a un paciente trabajo de maquillaje. Pero no sería hasta el pasado año cuando Renée Zellweger se hinchó a comer de todo para hacerse con el rollizo look que luce en El diario de Bridget Jones. O Julia Roberts, que recurrió al maquillaje para aparecer regordeta y feúcha en La pareja del año. Y ahora Gwyneth Paltrow, que hubo de someterse a muchas horas de maquillaje a base de un látex especial para aquellos planos que le tomaban un rostro propio de una joven de 150 kilos (para el resto se utilizaron doble cuerpo, señoras realmente obesas). Eso sí, Hollywood sigue contratando más a las muy delgadas.