«Aserejé», prohibido en colegios de Honduras por «incitar al satanismo»
Televisión
Los detractores de la canción aseguran que su título significa «a ser hereje» El tema de las Ketchup podría convertirse en la nueva «Macarena» en Estados Unidos.
22 Oct 2002. Actualizado a las 07:00 h.
Lo bailan las adolescentes de Kosovo, en Dinamarca es la melodía preferida en los teléfonos móviles y en China la versión en mandarín ha enloquecido al país más poblado del planeta. De Austria a Australia, de Argentina a Portugal, el endiablado ritmo del Aserejé de las Ketchup, baile incluido, ha cautivado a medio mundo. ¿Habrán hecho las hijas del Tomate un pacto con Satán para, partiendo de la nada, enfervorizar a medio planeta en un tiempo récord? No, la pregunta no es ninguna estupidez. Al menos para los responsables de los centros educativos religiosos de San Pedro de Sula, en el norte de Honduras, que han desmenuzado la aparentemente inocua canción para desvelar al mundo su mensaje diabólico. Su conclusión no ofrece dudas: la letra de la popular Aserejé «incita al satanismo», por lo que se ha prohibido escucharla a los alumnos. En el ánimo de las Ketchup quizás nunca estuvo el de emular a sus Satánicas Majestades, léase los Rolling Stones, pero para los departamentos espirituales de institutos hondureños como el de María Auxiliadora, el mensaje del trío femenino cordobés es aún más nocivo que el de las balas perdidas . Sólo el nombre de la canción, Aserejé, según tan particular teoría, equivale a la invitación a ser hereje, mientras que Diego, el protagonista de la letra, es la encarnación del propio Belcebú. Por tanto, la frase «Diego tiene chulería» significa «Lucifer era un ángel hermoso». Pero existe otro argumento de peso para satanizar la enrevesada canción: no dice nada ni tiene ningún sentido aparente. «Si no tiene significado, es porque algo oculta, por lo que lo mejor es no escucharla», explicó al diario hondureño Tiempo Rolando Sánchez, el asistente espiritual del Instituto Departamento Evangélico. Amplios espacios Pero si Aserejé se resiste en Honduras, no ocurre lo mismo en Estados Unidos, país ya curado de exorcismos satánicos en lo que a grupos musicales se refiere. La canción de las hermanas Muñoz, Pilar, Lola y Lucía, ha cautivado a la prensa norteamericana, que ha dedicado amplios espacios al desembarco de las hijas del Tomate, previo a la inminente entrada del tema en la lista de éxitos. La crítica ha vaticinado unánimente que Aserejé se convertirá en la canción sucesora de Macarena, que causó furor en el país en 1996 y cuyo ritmo contagió al propio ex-presidente, Bill Clinton. Todo parece indicar que el tema, con su impronunciable y supuestamente herético estribillo, será propulsado directamente al número uno, tal y como ya ha ocurrido en quince países europeos y en diez latinoamericanos. Influenciadas o no por Satán, las Ketchup han vendido en todo el mundo más de dos millones y medio de copias del disco sencillo que incluye el Aserejé , mientras que del álbum completo se han comercializado un millón de unidades. La entrada en el mercado estadounidense amenaza con ridicularizar estas cifras, algo que se conseguirá con una fórmula mucho más sencilla que con la invocación a Satán. «La letra es ininteligible, pero la canción tiene ritmo, y ése es su secreto», sentenció José Mateos, director de marketing de la compañía Sony Music.