La Voz de Galicia

Fallece en Nueva York el fotógrafo Arnold Newman

Televisión

Mercedes Rozas santiago

Alcanzó el reconocimiento con sus retratos de personajes de la política, la cultura y el arte

07 Jun 2006. Actualizado a las 07:00 h.

Falleció en Nueva York, a la edad de 88 años, Arnold Newman, un histórico fotógrafo que alcanzó reconocimiento mundial retratando a personajes de la política, la cultura y el cine. Su actividad profesional se inicia cuando, después de dejar la Universidad por falta de recursos económicos de su familia, entra a trabajar en un estudio fotográfico. Eran los años treinta, y Newman se pasa el día fotografiando rostros anónimos. Sólo recibía 16 dólares a la semana, pero el azar ya le había regalado la que sería, hasta su muerte, su verdadera vocación. Cuando alcanzó a comprar su primera cámara, se dedicó a vagar por los barrios más humildes de la Gran Manzana, buscando protagonistas de la miseria urbana para sus incipientes ensayos. Para ello no necesitó mucho esfuerzo, en plena crisis de la era Roosevelt lo que sobraban en Estados Unidos eran pobres e indigentes que sobrevivían a las distintas medidas del New Deal. El realismo social se apoderó, entonces, de aquellas primeras creaciones en blanco y negro. Mientras, se va haciendo a sí mismo como fotógrafo: estudiando encuadres, contrastes de luz, el equilibrio entre retratado y fondo... En los cuarenta su trabajo le abre las puertas de la revista Life, en cuyas páginas tan importantes como las palabras son las imágenes. Las fotografías de Newman empiezan a especializarse en inmortalizar a personajes famosos. Retrato ambiente Se le conoce como el creador del retrato ambiente, una singularidad fácilmente comprobable cuando se contempla la histriónica representación de Truman Capote, rodeado de objetos tan excéntricos como él, la fría y siniestra figura del magnate alemán de la industria del acero Alfred Krupp o las emotivas instantáneas de una Marilyn descuidada, en plena carrera de autodestrucción que, pocos meses después, acabaría por llevarla a la muerte. Logró, incluso, que Franco posara para él, y tuvo arrestos para no encubrir los autoritarios modos del dictador. En cada uno de los retratos, Arnold Newman estudia el perfil del personaje y calibra su personalidad. Luego, les destina una luz que acentúa sus facciones o una sombra que esconde sus imperfecciones, y los rodea de su mundo, de sus libros, de sus querencias o de sus recuerdos, como en la fotografía que hace al padre de Ana Frank, en 1960, en el ático de Amsterdam donde la familia Frank se había refugiado durante la ocupación nazi. Newman no sólo capta la imagen de un hombre, también plasma su silencio y su resignación.


Comentar