Ana Rosa Quintana, o el formato que se agota

Pesa mucho en el universo catódico español desde que en 1982 nació al medio en TVE. Muchas lunas asomaron desde entonces, pero Ana Rosa Quintana, madrileña, 55 años, periodista de título, sigue ahí, liderando las mañanas de Telecinco con El programa de Ana Rosa, y lo hace por méritos propios al tiempo que se ha convertido en exitosa empresaria mediática, bien como productora con Cuarzo Producciones o bien dirigiendo AR La revista de Ana Rosa, en los quioscos cada mes. Está muy bien para un país que no regala nada y en un contexto tan idiotizado como el televisivo, en particular en lo relativo a magacines, formato que entusiasma con la misma facilidad con la que repele.

Ambición

A Ana Rosa la tentó la ambición, o a saber qué, cuando en el año 2000 se tiró a la piscina literaria anunciando a bombo y platillo, con el aplauso de Planeta, su novela Sabor de hiel, un modélico acto de piratería. Algo que habría aplanado a cualquier mortal, apenas hizo mella en la presentadora del Sabor a ti de entonces, en Antena 3. Y entre sus ¿méritos? está haber descubierto a Belén Esteban? Por sus maneras interesa a medio millón de espectadores al día y es líder. Pero desde hace unas mañanas Antena 3 y Espejo público, con Susanna Griso al frente, le sopla el aliento en el cogote gracias al juicio sobre el asesinato de Marta del Castillo. Quizá sea algo puntual o quizá sugiera la hora del cambio o del (re)cambio.