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Internet, el laboratorio de los futuros bestsellers

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La Voz Redacción

Ganarse primero la adoración de los internautas es ya un requisito fundamental para convertirse en un éxito de ventas en las librerías

06 Nov 2014. Actualizado a las 18:53 h.

No es ni la primera ni la última vez que la industria literaria asiste impertérrita a cómo una novela da el salto de la web al papel convirtiéndose, automáticamente, en un bestseller. La fórmula no es nueva y, aunque quizás no seamos muy conscientes, lo cierto es que gran parte de los fenómenos editoriales actuales fueron antes auténticos hits por fascículos en Internet. Un buen ejemplo es E. L. James y su trilogía de 50 sombras de Grey que nació en Internet con el protagonista siendo una copia de Edward Cullen. Sí, el vampiro de Crepúsculo fue el antecesor de Christian Grey. A pesar de que nos pueda parecer una tomadura de pelo por lo alejado de ambos estilo de escritura y de personajes, nada más lejos de la realidad. Con el éxito en Internet en el bolsillo, ¿por qué sacarlo en papel? Pese a su apabullante repercusión, su monetización en la web es complicado por lo que un paso a una editorial significa recibir mucho más dinero.

La receta a simple vista es simple: a un éxito entre adolescentes ya sea de corte literario, cinéfilo, seriéfilo o musical, se le añaden una pizca de imaginación y una buena dosis de escritura, y se distribuye en capítulos -con la máxima de dejar a los lectores con ganas de más- en alguna de las plataformas sociales que existen hoy en día en el universo web. Esta ha sido la ecuación que ha seguido Anna Todd para que su novela After -que ya se puede encontrar en El Corte Inglés- sea, hoy por hoy, el mayor fenómeno editorial de la historia en internet. Aunque el primer libro de su trilogía lleva desde el 29 de octubre en las librerías españolas el éxito lo tiene asegurado: en Wattpad -una red social similar a Facebook que agrupa ya a 35 millones de usuarios donde los escritores anónimos cuelgan sus historias por fascículos y los lectores interactúan aportando ideas- supera ya las mil millones de lecturas. Tras este éxito imparable e incontestable, Simon and Schuster, una de las principales editoriales de Estados Unidos, adquirió los derechos por un contrato millonario. No tardó en sacarle partido y antes de publicar la trilogía en más de 30 países ya había conseguido sacarle rentabilidad vendiendo los derechos para su adaptación en la gran pantalla.

¿Pero qué tiene After para tener tal legión de fans? Basado en el nuevo formato que arrasa en la web, conocido como «fan-fiction» -que se podría resumir en el soñar despierto y escribirlo, y en el que las seguidoras de determinados iconos actuales se convierten en protagonistas al lado de sus ídolos-, After es una historia sobre la inocencia y el despertar a la vida de una joven, Tessa Young, que se enfrenta a su primer año de universidad. Acostumbrada a una vida estable y ordenada, ve cómo su mundo se tambalea cuando conoce a Hardin, el típico chico malo, con tatuajes, inquietante y de aparente mala vida, inspirado libremente en Harry Styles, del grupo de moda entre las adolescentes One Direction. Esta historia de amores y desamores juveniles aderezada con el descubrimiento del sexo está calificada según The New York Times como «una autentica montaña rusa». Su propia autora explica que para componer la novela se ha basado de alguna manera en su propia vida, pues la joven de solo 25 años se casó con su novio al mes de graduarse en la universidad. Para conocer como sigue la historia, sus seguidores tendrán que esperar al 25 de noviembre para hacerse con el segundo libro de la serie After. En mil pedazos. Y habrá tercera parte.

El éxito de John Green

El caso de After no es, ni mucho menos, el último. Siguiendo la estela abierta por 50 sombras de Grey que tiene a miles de fans contando los días para el estreno de la película, quién ya ha conseguido el camino completo -aunque con un tono muy diferente-, es decir del Internet al papel y después a la gran pantalla, es Bajo la misma estrella de John Green. La película lacrimógena que llenó las salas españolas en plena canícula de adolescentes está basada en la novela homónima, que logró colarse durante un montón de semanas en las listas de los libros más vendidos. El éxito de esta historia no es éxito de un día. En parte, su triunfo llega abalado por su propio autor al que muchos consideran ya uno de los escritores del momento y al que la revista Time no dudó en introducir en su lista de cien personas más influyentes del mundo. Su camino, como el de Anna Todd, no se inició en el mundo de la literatura del modo convencional. Antes de consolidarse como autor de bestsellers, era un reconocido activista social de la blogosfera.

Aunque es difícil precisar el momento exacto en el que John Green pasó de ser famoso en la red a ser un fenómeno de fama mundial, a sus fans ya poco le importa y todo lo que toca lo terminan convirtiendo en oro. Su receta, en este caso, no está basado en las «fan-fiction» sino en apostar por un realismo literario que contrasta frente al carácter evasivo de otras obras para adolescentes que llevaban años consolidándose como la corriente dominante. Fiel a su marcada vocación educativa y solidaria, en Bajo la misma estrella, aunque le supuso una lucha constante como autor, tuvo claro desde el principio que quería abordar el relato del cáncer desde la perspectiva adolescente. Eso sí, no fue hasta pasados ocho años cuando fue capaz de encontrar el tono y la forma para darle forma y vida a la historia de Hazel y Gus. Durante este periodo de tiempo no perdió el tiempo. Una de las novelas predecesoras de su gran éxito que están recuperando ahora el terreno perdido es Ciudades de Papel. La novela cuenta la peculiar historia de Quentin marcada por peculiar estilo único del escritor estadounidense combinando humor y sensibilidad.

Con el fenómeno After en pleno apogeo y la consolidación de John Green, solo hace falta sentarse a esperar cómo, cuándo, dónde y con qué trasfondo aparece el próximo bombazo editorial. No habrá que esperar mucho. E Internet seguirá siendo el laboratorio.


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