La Voz de Galicia

El último día de Rivaldo en Riazor

Torre de Marathón

Alexandre Centeno A Coruña / La Voz

El Barcelona lo fichó en cuestión de horas pagando su cláusula de rescisión

17 Oct 2012. Actualizado a las 07:00 h.

Uno de los episodios no deportivos que más daño hizo al deportivismo fue el fichaje de Rivaldo por el Barcelona. Los 4.000 millones de pesetas más IVA que el club azulgrana pagó sirvieron para aliviar el dolor por su marcha, pero no para curar el ataque al orgullo blanquiazul que supuso ver cómo su estrella se marchaba a última hora y sin avisar. Rivaldo pasó en cuestión de horas de ídolo a villano. El rivaldazo dio la vuelta al mundo y todavía hoy, 15 años después, aún es utilizado cuando se habla del pago de una cláusula de rescisión.

Aquella operación fue un ejemplo de cómo los grandes pueden deshacer un equipo en cuestión de horas. La mañana del 14 de agosto de 1997, el Deportivo presumía de tener el rombo mágico del Palmeiras (Flavio, Djalminha, Rivaldo y Luizao); por la noche, levantaba el Teresa Herrera y se preparaba para lo que iba a ser una dura temporada de lucha por la permanencia (acabó duodécimo después de haber ocupado puestos de descenso). Antes, horas de rumores e incertidumbre. Retrocedamos 15 años.

El Skonto mete miedo

Es miércoles 13 de agosto, el Barcelona se enfrenta al Skonto de Riga en la eliminatoria previa de la Liga de Campeones. No juega Ronaldo, que todo hace indicar que se incorporará en breve al Inter de Milán. El club italiano tiene preparados 6.000 millones de pesetas para conseguirlo. El conjunto azulgrana sufre más de lo previsto y el Camp Nou pita y mira hacia el palco. Núñez y Joan Gaspart se asustan y deciden fichar. Surge el nombre de Rivaldo y encomiendan a Alberto Toldrá la operación.

El agente valenciano comunica con su compañero en A Coruña, Lito Míguez (el hombre que había traído con anterioridad al Dépor a Bebeto y a Mauro), para que contacte con el brasileño. Será al día siguiente. Y así lo hace. El jueves por la mañana, el representante herculino se acerca al hotel de concentración del Deportivo (por la tarde juega la final del Teresa Herrera) y se reúne con Rivaldo y Mauro Silva. La conversación es más o menos como sigue:

-Rivaldo, el Barcelona quiere pagar tu cláusula de rescisión. ¿Estás dispuesto a marcharte?

-Se puede montar gorda.

-Por eso no te preocupes. Piensa si quieres irte o no.

-Lo comento con mi mujer.

-Vale, después hablamos.

Lito Míguez abandona la habitación y allí quedan Mauro y Rivaldo. Según contaron en su momento ambos, el interior zurdo consulta al mediocentro:

-Mauro, no sé qué hacer.

-Piensa si quieres quedar o no. Si no te apetece irte, pídeles algo exagerado. Si te lo dan, ya sabes... Pero también mira que es tu futuro. Y si quieres marcharte, no lo pienses más.

Rivaldo habla con su esposa y decide marcharse. Míguez regresa y se lo comunica. Hablan de la cantidad a pedir al Barcelona y el futbolista firma un poder para que José María Minguella haga la operación en la Ciudad Condal. El contrato se cierra en 3.150 millones de pesetas. El brasileño se embolsará 3.000 millones (500 por cada una de las seis temporadas). Los 150 restantes, para comisiones.

Sabiendo la que se venía encima Rivaldo afronta la final del Teresa Herrera y cuaja una gran actuación. El Dépor gana al PSV en los penaltis, (el partido acaba 2-2) mientras el rumor de la marcha del futbolista planea sobre Riazor. Concluye el duelo y el brasileño abandona el estadio evitando cualquier encuentro con la prensa o los aficionados. De madrugada parte para Barcelona. A la mañana siguiente pasa el reconocimiento médico y se convierte en azulgrana.

Amenaza de fichar a Ronaldo

Mientras, en A Coruña, Lendoiro adopta un discurso populista y amenaza con robarle a Ronaldo al Barcelona. En la Ciudad Condal, Joan Gaspart le falta al respeto al Deportivo: «No tienen ni para una bota del jugador». La contrarréplica del presidente blanquiazul es rápida: «No renuncio a ver al futbolista vestido de blanquiazul».

Rivaldo ficha; Ronaldo marcha al Inter; el Dépor gasta los 4.000 millones en traer a Abreu, Manteca, Hadji, los Scaloni... Y salva la categoría.

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