Fabricio, ante su segunda reválida en el Dépor

A la espera de lo que ocurra finalmente con Lux, a Fabricio se le reabren las puertas de la titularidad en el Dépor. El portero canario, de 26 años, volvió el pasado verano a A Coruña, donde había dado el salto a la élite en el 2008, pero no había disfrutado de más oportunidades que en la Copa. En las eliminatorias contra el Córdoba y el Jaén había encajado cuatro goles, pero apenas se había hecho notar.

Todo lo contrario que su abrupta salida del 2009, cuando el Deportivo lo denunció por incumplimiento de contrato. O su adiós del Betis, donde pasó de titular a no jugar un minuto tras unas de declaraciones en las que insinuaba que su equipo se había dejado perder en Gijón.

Había recalado en A Coruña en edad juvenil junto a Aridane, ahora goleador en el Tenerife, en el marco del acuerdo entre el Vecindario y el club blanquiazul. Sus condiciones no pasaron desapercibidas desde el principio. Firme en el juego aéreo y dotado de buenos reflejos, llegó a ser internacional sub-21 y le llegó la oportunidad de debutar en el mejor momento, cuando solo había encajado nueve goles con el Fabril en toda la primera vuelta de Segunda B.

La trifulca entre Munúa y Aouate llevó a Lotina a mirar hacia el filial. Fabricio debutó sin mucha fortuna en un Villarreal-Deportivo (4-3) y aún disputaría cinco jornadas más, pero al cabo de la siguiente campaña no dudó en hacer las maletas y fichar por el Valladolid, donde apenas jugó. Luego llegó su despegue como profesional con el Recreativo en Segunda, donde encajó 36 goles en 40 jornadas, y volvió a Primera en el Betis, que le dio la titularidad en la campaña 12-13, pero apenas llegó a disputar las dos primeras jornadas. Ahora puede convertirse en el meta del ascenso.