Urge mejorar antes del turrón

Leyendo ayer el artículo La transfiguración del Dépor, recordé a uno de los directores de La Voz, muerto en 1950 de forma repentina. Un sábado, de madrugada, se despidió hasta el lunes (entonces no se trabajaba los domingos) y Antonio Álvarez Solís ya no volvió, porque falleció de madrugada en su domicilio. Sus consejos me ayudaron mucho en la profesión. Siempre advertía que aquellas opiniones sobre hechos que se ven venir, pero están por confirmar, deben presentarse al lector en forma un tanto ambigua y dejando una salida creíble, por si lo que se dijo termina por no suceder. Por cierto que en el fútbol sucede de todo cada dos por tres.

El caso de la transfiguración del Deportivo, como Pedro Barreiros enfocó el momento del equipo coruñés ofreciendo un análisis como una auténtica radiografía, se desprende con claridad la preocupación y el interés del periodista intentando elevar los ánimos de la legión de aficionados coruñeses a quienes alienta para seguir creyendo en el futuro del equipo. Verdad que el seguidor está siempre dispuesto a creer, pero para mantener las esperanzas en alto los equipos están obligados a corresponder, y ofrecer victorias.

La mejoría deportivista no será instantánea, ni confiamos en que ya se refleje el próximo domingo en el campo del Atlético de Madrid, pero sí en los encuentros siguientes, ambos en Riazor, frente al Málaga primero, y después frente al Elche. Ahí habrá de verse la mejoría de esa transformación, porque debe cambiar de ruta antes de que llegue el turrón.