La Voz de Galicia

Otro zurdo a la grada

Torre de Marathón

xurxo fernández a coruña / la voz

Víctor descarta por primera vez a Medunjanin, que solo había sido titular en una ocasión durante las últimas diez jornadas

07 Mar 2015. Actualizado a las 05:00 h.

Aún a principios del siglo pasado, si un japonés quería separarse de su esposa le bastaba con demostrar que la señora se manejaba con la izquierda. Siniestra.

Los zurdos no han gozado de mucha paz a lo largo de la historia. Señalados por casi todas las religiones, perseguidos en varios países... La superchería les ha reservado escasos reductos donde su condición puede ser considerada una ventaja. Lo era en Roma para los gladiadores y lo ha sido después para varios deportistas, especialmente por la incomodidad que generan en el adversario. En el fútbol, su buena reputación es más bien una cuestión de número. Escasean, así que son codiciados. Menos en el Dépor.

Durante el curso pasado, un diestro como Seoane encontró su sitio como lateral a pierna cambiada. En esta campaña, el puesto de central zurdo lo ocupa Sidnei, que le pega a la bola con la derecha. Borja López, especialista en el uso de la siniestra, no conoce otra cosa que la grada. Allí lo acompaña Canella, también asturiano, y de izquierdas de nacimiento. Como Haris Medunjanin, que ayer entró por primera vez en lo que va de temporada en el grupo de descartes por decisión técnica.

El bosnio ha invertido casi una vuelta completa en ir cayendo en desgracia. Contra el Valencia (rival blanquiazul la próxima semana) cuajó su mejor partido; se hartó de correr, puso buenos centros y formó una sociedad perfecta con el polaco Wilk, otro desterrado, pese a no tener faltas graves en su conciencia.

La de Haris ha sido la inconsistencia. Su rendimiento ha ido mermando en medio de sesiones de autocrítica -«sé que debo mejorar», ha repetido varias veces- y esfuerzos extra por pulirse. Es de los que prorrogan asiduamente su trabajo en Abegondo cuando el resto del grupo regresa al vestuario.

La llegada de Borges ha acabado por sacar de foco al bosnio, que solo fue titular en uno de los últimos diez partidos (derrota, 0-4, frente al Barça). El suyo es un caso especial. Wilk acaba contrato y Borja y Canella son cedidos, pero a Haris le quedan dos años en A Coruña. Calidad tiene, y un golpeo soberbio. Le falta regularidad y encontrar su sitio. Recobrar el respaldo del técnico que reclamó su fichaje. Devolverle la confianza en los zurdos.


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