Problemas con el fuera de juego en el Deportivo

El Dépor se ha convertido en habitual del alambre. Un lustro lleva asomándose al pozo, para entrar o salir, haciendo bueno el topicazo del gallego y la escalera. Vida al límite que los hombres de Víctor han trasladado al césped, donde se empeñan en poner a prueba esa seña de identidad del fútbol que obliga al delantero a mantener una distancia mínima de dos adversarios con la portería rival.

Riazor perdió hace varios cursos su condición de fortín. Esta temporada no solo es el estadio en el que más marcan las visitas, sino que los anfitriones exageran en su recogimiento: solo el Getafe, el Valencia y el Elche pisan menos el campo rival. Una situación que no le ha impedido al Dépor liderar el apartado de fueras de juego por encuentro, con 3,3. Para subrayar lo paradójico del asunto, azulones y ches cierran este capítulo de la estadística (1,5 por partido). El problema empieza a afectar también en los duelos a domicilio y los coruñeses fueron los jugadores a los que más veces pillaron en posición antirreglamentaria en la última jornada.

Tres de las cinco ocasiones se las adjudicó Iván Cavaleiro (tantas como Larrivey). El portugués intenta en cada duelo sacar ventaja de su velocidad, pero aún le falta pulir el momento de arrancada. Es el segundo futbolista que más veces (30) ha caído en fuera de juego en Primera, por detrás de Jonathas, delantero ilicitano. Toché, pese a sus escasas apariciones como titular ocupa la sexta plaza en cuanto a infracciones de este tipo cometidas cada 90 minutos (1,4).

Un problema que se suma a la falta de pegada blanquiazul para lastras la capacidad ofensiva del equipo en un momento clave del campeonato. Pese a ello, Cavaleiro es optimista: «La situación es obviamente preocupante, pero confío en el equipo. Sé que tenemos calidad y capacidad para conseguir el objetivo. Estamos pasando por una fase similar a la del comienzo de temporada, pero ahora jugamos mejor».