Una puesta en escena muy flojita
Torre de Marathón
02 May 2019. Actualizado a las 21:15 h.
Decepcionó, en líneas generales, la presentación de Jesús Martínez Loira, de la que podemos extraer cuatro conclusiones.
Fue una presentación que defraudó. Tanto en lo formal como en los contenidos. Puede que su intervención de ayer forme parte de un plan global que irá tomando forma poco a poco, pero la realidad es que decepcionó un tanto a quien esperaba obtener información relevante sobre la candidatura. No hubo tal y sí ciertas cuestiones como el senado y el consejo de honor y el delegado de la afición, que tienen cierto tufillo populista, pero poco peso.
Varapalos a Tino Fernández. Menos mal que Loira mantiene una excelente relación con el todavía presidente del Deportivo. Si no llega a ser así, las críticas alcanzarían cotas épicas. Con mayor o menor intención, culpó a Tino Fernández de haber hecho una mala transición en su llegada al club, le achacó una mala gestión del caso Jimmy y le atizó también por la mala política deportiva.
Blanqueo a Lendoiro. Mientras a Tino le cayó lo suyo, en el caso de Lendoiro asistimos a un lavado de imagen total, como si la quiebra del Deportivo fuera solo la lógica de haber ganado títulos, y no fruto de una política de prácticas irregulares y de incumplimientos legales.
La falacia de la fractura social. La unidad y la reconciliación del deportivismo es la clave de Martínez Loira, como si estuviéramos en medio de una guerra civil. Nada más falso. La directiva siempre contó con el apoyo de la gran mayoría, mientras que una minoría muy focalizada les hizo la contra desde el principio. La verdadera fractura son los resultados.