Cambio de chip para disputar el «play-off»
Torre de Marathón
Tras el exigente final de fase regular, los cruces exigen un retoque en la arriesgada fórmula de Martí
11 Jun 2019. Actualizado a las 05:00 h.
José Luis Martí ha invertido dos meses de estancia en A Coruña en perfeccionar su cara de póker. No ha perdido ocasión. En sala de prensa, pero también durante cada entrenamiento, convirtiendo en cuestión de Estado los detalles de la rutina semanal. La obsesión por no dar pistas, fiel a una dirección deportiva convencida de que en la categoría se practica el espionaje industrial a gran escala, se esfuma después cuando llega el partido y el once y la propuesta encaja invariable en lo habitual. Un rango de doce jugadores y un equipo fracturado al medio por culpa de la necesidad. «Nos lo estábamos jugando a todo o nada y se convertía en un correcalles. Nos volcábamos y dejábamos más espacios», reflexionaba hace un par de días Edu Expósito al referirse al frenesí de ocasiones disfrutadas y concedidas durante el tramo definitivo de la fase regular. «Los dos últimos partidos fueron diferentes a los que ahora vienen porque teníamos la obligación de ganar para intentar meternos en play-off», apostillaba ayer mismo Pedro Sánchez.
Ambos, el de Cubellas y el de Aspe, están convencidos de que entrados en promoción la fórmula va a cambiar. «Ahora va a ser diferente, hay que mirar las cosas bien. Ir con calma. Saber dónde se puede hacer daño y tapar bien las zonas donde nos pueden generar problemas», razonaba el mediocentro. «Viene una eliminatoria de 180 minutos que va a estar determinada por detalles -pronosticaba el interior-. Un balón parado, un despiste, un error...».
Ambos tendrán que verse afectados por la reformulación de un plan que ha servido para colarse en los cruces de forma agónica, pero garantiza problemas si se sostiene llegados los play-off.
Refuerzo en la medular
Alta exigencia para Expósito. «Es verdad que las ayudas defensivas han sido mayores en estos últimos partidos», admitía Expósito verbalizando el enorme castigo físico sufrido por el futbolista de mayor talento creativo en el plantel. El Dépor ha acumulado 77 disparos en sus últimos cuatro choques, desde que el empate ante el Cádiz lo colocó en desventaja en la carrera por la promoción. A cambio, ha obligado a Dani Giménez a intervenir 13 veces -solo en Elche abandonó el campo inédito-.
Los rivales, de cualquier pelaje, pisan mucho el área blanquiazul abusando del doble pivote con un solo bregador. Si el delantero consigue fijar a los centrales -y en eso es especialista Gustavo Blanco, el punta del Málaga-, las incursiones de la segunda línea exigen la respuesta de una medular muchas veces atareada también en las ayudas en el carril. Un extremo avanzando en diagonal o un mediapunta que pise área (Adrián, por ejemplo) convierten en vulnerable la zaga coruñesa. La apuesta de Martí por dos puntas y dos jugadores abiertos en banda exige extremar la solidaridad para no regalar el centro del campo.
Trabajo en el carril
Pedro como ejemplo. «Son dos encuentros, estos que nos vienen, para ponernos el mono de trabajo desde el portero al delantero y saber que el tren no se nos puede escapar», exigía Pedro, reforzando la idea del esfuerzo gremial. Él se ha convertido en ejemplo de generosidad y frente al Córdoba dio la razón al entrenador, que le eligió para ocupar la izquierda por delante de Nahuel. El 15 garantiza el retorno tras pérdida de balón, imprescindible para que Saúl no se vea sometido a constantes dos contra uno, que Expósito no pierda fuelle corriendo hacia el costado, y que Bergantiños pueda concentrarse en reforzar a los centrales o atender al carril derecho, donde Fede Cartabia es más reacio a recular.
La banda del argentino tiene aspecto de lunar. Por allí corre el futbolista del momento en los de Sánchez del Amo. Donde actuaron Lazo, Lago Junior o Josan actuará mañana Ontiveros. Bóveda ha impuesto sus virtudes defensivas para volverse titular indiscutible, pero necesitará auxilio; especialmente, cuando Ricca (o Juankar, que ayer seguía al margen) se incorporen por el lateral. Los minutos de rodaje de David Simón en el puesto de interior ante el Córdoba podrían tener continuidad durante el cruce, al menos como recurso puntual.
Vías hacia el gol
El recurso del disparo lejano. Frenar al Málaga va a requerir un retoque en la propuesta y mucho trabajo coral, pero la reformulación del modelo con el que se ha alcanzado por los pelos la promoción debe alcanzar también el área rival. O casi.
Hasta que lo logró Valle el sábado, los de Martí hilaban 360 minutos sin marcar. Su máximo anotador está recién recuperado de una lesión muscular y son necesarios recursos que al menos preocupen al adversario. Como el disparo de larga distancia que puso el 2-0 ante el Córdoba en Riazor. Pedro confesaba ayer que los técnicos le habían reclamado probar esta suerte. El premio fue un balón a la escuadra. El Deportivo es el equipo de Segunda que más goles encaja desde fuera del área (lleva diez) y el Málaga dispone de varios especialistas. Equilibrar las bazas ofensivas pasa por ampliar el registro blanquiazul.
Dosificación de esfuerzos
Un once fijo muy exigido. La variedad tendrá que afectar también las alineaciones. «Hay que dar minutos a todo el mundo porque necesitamos a gente capaz», sostenía Martí en su disertación acerca de cómo afrontar los cruces. Por ahora, se ha guardado los retoques para el final de las citas, y tampoco se han salido del guion. Un poco de Vicente y otro de Nahuel. En Abegondo no hay indicios de que vaya a variar. Por los espías; ya se sabe.