A los pies de Gaku Shibasaki
Torre de Marathón
El Deportivo peleará en Albacete por salir del descenso, reforzado por Uche y bajo la dirección de su peculiar cerebro japonés, elogiado por Fernando Vázquez tras rehabilitarlo: «Creo en Gaku»
26 Jan 2020. Actualizado a las 05:00 h.
Abandonar el campo, saludar, firmar autógrafos, posar para las fotos, entrar al vestuario. Así discurre el ritual de retirada para la mayoría del plantel blanquiazul. Pero mientras, ya de puertas adentro, unos esperan turno para el fisio y otros se acicalan para la vuelta a la vida civil, una nueva rutina arranca en el exterior. La emprende Gaku Shibasaki, casi siempre en solitario, y tiene que ver con una costumbre de importación. «En todos mis años aquí, es el único futbolista que se limpia sus botas cada día», comparte Javi Rego, uno de los utilleros del club. Algún compañero lo hace de manera ocasional, pero el único que no falla es el japonés.
«En mi país es habitual hacerlo. Tenemos utilleros, pero normalmente ellos repasan las botas después de que las limpie el jugador», explica el centrocampista acerca de su tarea diaria; llamativa, por inusual. Como muchas de las manías del jugador que mueve los hilos del nuevo Dépor, elogiado así por su entrenador: «Tenía la idea de Gaku que conocía del Tenerife, del Getafe, de la selección japonesa... El talento es algo que no se pierde. Está ahí, escondido. Está lejos de su estado de forma, pero es indiscutible su calidad. Quiero sacarlo de donde estaba y hacerlo crecer para que demuestre su talento, que es mucho. Creo en Gaku». La profesión de fe de Fernando Vázquez tiene traducción partido a partido.
Recuperado para la causa en Salamanca, tras el ostracismo y la lesión, el dueño del 22 fue lo más vistoso del choque copero, durante el que filtró un envío fenomenal con aspecto de asistencia que Jovanovic desperdició. De vuelta a la Liga, brilló ante el Racing y se consagró frente al Cádiz, cuando Sabin Merino, este sí, hizo bueno su pase de gol.
Todos los ensayos apuntan a que en Albacete estirará los 300 minutos sin pausa que acumula, erigido en intocable como canalizador del juego coruñés. Una condición que ha convertido en carne de banquillo a Bergantiños y Vicente, a quienes se les abre una puerta al once con la baja por sanción de Peru Nolaskoain. Para cerrarla ha llegado Uche Agbo, probado también por Vázquez con el grupo de presumibles titulares, tanto en el esquema de cinco zagueros como en el de cuatro, con el que el nigeriano podría reconvertirse en central.
El míster sigue fiel a su filosofía de aprovechar de inmediato cada pieza que recibe y llega el turno de Uche, a quien cedió su plaza en la plantilla Jovanovic, despedido poco antes de que se diera a conocer la convocatoria para Albacete. «Estamos en un momento raro para un entrenador. Un momento de estabilizar al club, el equipo, parar la hemorragia que estábamos sufriendo. Por otro lado, con la llegada de nuevos jugadores te tienes que empezar a mover hacia un sitio. ¿Hacia dónde vamos a evolucionar? Ni lo sé -confesó Vázquez-. La incorporación de jugadores mejora lo que teníamos en muchos sentidos».
Llegadas que seguirán produciéndose cuando se liberen nuevas fichas, un proceso para el que el míster sigue dando pistas en cada citación. La última ha señalado a Longo, que permanece en A Coruña por decisión técnica, junto a los lesionados Santos, Simón y Valle, y junto a Koné. «Tuvo fiebre toda la semana, no está para jugar un partido completo y prefiero que se quede y entrene», apuntó sobre el marfileño su entrenador.
También tuvo palabras Vázquez para el adversario, al que destacó como un conjunto peculiar. «El Albacete tiene un número de puntos importante. Juega diferente a los demás de Segunda, repite en la búsqueda del fútbol directo; el pase largo, la segunda jugada y la llegada al área con mucha gente. Es asombrosa la cantidad de gente que mete en el área cuando hay un centro». Un equipo diferente al resto, como Shibasaki, el rehabilitado motor blanquiazul.