Manuel Pombo, clave en la preparación del Deportivo tras el confinamiento
Torre de Marathón
La mano derecha de Fernando Vázquez asume un papel clave en la preparación tras dos meses con los futbolistas casi parados
15 May 2020. Actualizado a las 09:12 h.
En una situación tan peculiar como la que vive el fútbol, la figura del preparador físico agiganta su importancia, la. Lo fue durante el confinamiento y lo es ahora, en la vuelta a los entrenamientos, con un protocolo tan peculiar que impide a los jugadores agruparse al desarrollar su trabajo. Es la hora de Manuel Pombo. Su sabiduría para poner a punto al equipo será determinante para que los jugadores del Deportivo lleguen a tono a las once últimas jornadas de Liga, que además se disputarán en poco más de un mes.
Lo explicó Vicente Gómez a La Voz. Igual que durante el confinamiento, Pombo está permanentemente en contacto con los jugadores para explicarles, ya desde casa, todas las tareas que deben realizar de forma individual en cada entrenamiento. No deja margen a la improvisación, para así respetar al máximo la normativa sanitaria, pero también para minimizar las pérdidas de tiempo en preguntas innecesarias. «El día anterior, por la tarde, Manu Pombo nos envía el trabajo que vamos a hacer, así que tenemos claro lo que va a pasar durante el entrenamiento. Al llegar a la ciudad deportiva, y entrar, él [Pombo] está allí igualmente coordinando todo, acompañado por Fran Molano. Pero tenemos todo pautado, desde la hora a la que tenemos que llegar, al calzado que tenemos que llevar, las zonas del campo parceladas en las que tenemos que estar y los ejercicios que hay que hacer», explicaba el canario.
En la situación actual, Fernando Vázquez tiene limitada su participación en los entrenamientos pese a ser el máximo responsable. Y así seguirá siendo hasta que el protocolo de la Liga permita el trabajo en pequeños grupos (en principio, a partir del lunes 18, a falta de confirmación oficial). «Es la realidad que tenemos y lo primordial es adaptarnos. Lo más importante es que el jugador no se lesione en esta construcción del estado de forma», advierte Pombo. «Y para eso, en esta minipretemporada tenemos que ir ofertando estrés al organismo de forma gradual», razona.
«En esta primera fase el objetivo es la mejora de los aspectos condicionales de los jugadores. La fuerza, la fuerza reactiva, la capacidad de acelerar, decelerar, cambiar de dirección... También nos centramos en la capacidad de jugar de forma intermitente, además de un trabajo preventivo. En las siguientes fases ya nos centraremos en un trabajo técnico-táctico, ya que el fútbol es un deporte en el que lo más importante es la toma de decisiones», augura la mano derecha de Vázquez. «Ahora estamos haciendo sesiones que combinan el trabajo para la mejora de la condición física y la técnica individual. Por ejemplo, hemos trabajado los pases porque había futbolistas que llevaban dos meses sin dar uno. Lo mismo con los controles orientados. Cada día dedicamos una parte a la mejora de la técnica individual, a actualizar esos patrones técnico-coordinativos», explica.
Pero al margen de estas primeras semanas, en las que el trabajo pasará por sus manos, Pombo estará vigilante para minimizar las cargas y controlar los riesgos de lesiones, que podrían arruinar el final de Liga a los jugadores afectados. El hecho de jugar partidos cada tres días durante un mes, y de forma continuada, le obligará a dosificar descansos, en perfecta comunicación con Fernando Vázquez.
Metódico, estudioso y en permanente reciclaje
Manuel Pombo lleva toda una vida a la sombra de Fernando Vázquez. Le ha seguido a todas partes. Tanto, que el de Castrofeito ya reconoció públicamente que no sería capaz de ir a un equipo sin él.
Profesor titular de la Universidade da Coruña (UDC) en teoría y práctica del entrenamiento deportivo, preparador físico con experiencia en Primera División desde hace casi tres décadas en equipos como el Real Mallorca, Real Oviedo o Real Betis y coaching deportivo con certificación internacional en la escuela iberoamericana son algunos de los puntos destacados de su interminable currículo.
«Podría decir que es un devorador de libros, pero ahora mismo con el mundo de la información en el que vivimos me quedaría corto. Somos vecinos, casa con casa, y es raro que en un día no me manda dos o tres artículos que a él en su búsqueda diaria le aparecen y que quiere compartir conmigo. No soy capaz de seguirle el ritmo», explica Juan J. Fernández, profesor también en la UDC. «Está en un momento de plenitud, en el que acumula muchas experiencias, en una maestría espléndida para darle prevalencia a los aspectos realmente importantes que definen la preparación del jugador. Es un sabio y lo ha demostrado durante este tiempo en el que ha impartido seminarios por todo el mundo, ya que la gente le pide que transmita toda esa información que tiene. Y encima lo hace de forma pedagógica», agrega.
«Cuando lo conocí hace treinta y pico de años yo sabía que era una persona culta, incluso iba a reuniones literarias en cafés reconocidos de la ciudad, y que era un devoralibros. Pero ahora lo ves y está a la última en tecnología y en herramientas para mejorar el rendimiento de los jugadores», finaliza.
Por las manos de Pombo han pasado cientos de jugadores y la mayoría coinciden en su radiografía. «Lo que más puedo destacar de él es que es un preparador muy metódico. Es un gran profesional. Le gusta mucho tener todo muy controlado y medido. Desde las cargas de entrenamiento hasta los tiempos de descanso. Y además da la sensación de que percibe al jugador», explica el exdeportivista Dani Iglesias, en la actualidad en el NK Rijeka croata, tras ser traspasado por el Alavés.
Rubén Coméndez, ahora en la estructura de captación del Manchester City, estuvo a las órdenes de Pombo en el Lugo, cuando jugaba en el Lugo hace 25 años. Recuerda que ya era metódico entonces, antes de su salto a Primera División. «Es muy exigente, pero a la vez tiene siempre una gran relación con los jugadores, porque sabe escucharlos y conoce lo que necesitan. Tiene una gran psicología y además es consciente siempre de cuál es su sitio dentro del cuerpo técnico», explica.