Adri Castro, en tiempos convulsos del Deportivo

En las malas, contra el Zamora y el Salamanca, con Vázquez y De la Barrera, el ataque del Deportivo llevó el nombre de Adri Castro. A falta de jugadores determinantes, mientras Riazor sigue esperando a que alguien la pida, se escape y gane partidos para la blanquiazul, el fabrilista disfruta de la oportunidad que soñaba desde niño. Así, viene de jugar 170 minutos en los que volvió a exhibir la principal cualidad de su carácter: nunca se rinde.

Ya lo había hecho a principio de temporada. «El fichaje de Rolan fue una sorpresa, pero voy a seguir trabajando», afirmó con media sonrisa tras la confirmación de la continuidad del uruguayo, que llegó para Primera División, pero juega en Segunda B y, tras los fichajes de Beauvue, Miku y Rui Costa, cerraba todas las puertas del primer equipo al canterano. Pero, en realidad, desanimarse nunca se convirtió en una posibilidad para Adri Castro (Cambre, 1998), obligado desde que era un crío a esprintar de nuevo, marcar un gol más, o vestir otra camiseta distinta a la del equipo de sus amores para demostrar que su sitio se encontraba en el Deportivo.

Perteneciente a la misma generación de Gandoy, aunque un año mayor que este, destacó en el Laracha (11 goles en 27 partidos), en el Ourense CF (12 goles) o incluso en la selección gallega de aficionados antes de ganarse un puesto en el Fabril y en la pretemporada del primer equipo. Entonces, Fernando Vázquez lo elogió repetidamente, pero luego nunca le dio minutos oficiales hasta precisamente los últimos que pasó al frente del banquillo.

«En las situaciones complicadas nunca se esconde —explica Fran Justo, actual técnico del Arenteiro y que lo dirigió el curso pasado en O Couto—. Aparece, trabaja, se enfrenta a ellas y trata de superarlas. Es cierto que el momento que atraviesa el Deportivo no es el ideal ni para él ni para cualquier delantero centro, porque todos necesitarían que el equipo pisase más el área contraria y generase diez o doce situaciones por partido. Pero probablemente si el equipo estuviese en un momento bueno de juego y muchas victorias, a Adri no le hubiese correspondido ser titular», razona.

Ocasiones

En un momento de crisis, con ataques a cuentagotas y muy poca profundidad, el Dépor apela a un futbolista versátil y capaz de generarse ocasiones casi desde la nada. El fabrilista, que enlazó tres goles en los tres últimos partidos con el Fabril hasta la actual oportunidad que disfruta con la primera plantilla, ha protagonizado todas las últimas ocasiones del Deportivo. En Zamora, recogió escorado el rechace tras el chutazo de Salva Ruiz, pero cruzó demasiado. Y contra el Salamanca se adelantó al portero en un centro diagonal y, ya en la parte del terreno que estaba nevada, chutó con la zurda un poco forzado.

«Es un futbolista que le otorga al Dépor las dos versiones de un delantero: venir, recibir, girarse o descargar; o bien, correr al espacio y buscar la espalda de los centrales. Es más ligero y rapidito que Rui Costa, y cuenta con la ventaja de que se puede escorar a un costado. Fue una decisión del entrenador y no me desagradó. Otra cosa es que hubieran estado disponibles Rolan, Beauvue o Miku. Pero Adri Castro fue una nota positiva para el equipo», comenta el exdeportivista Carlos Brizzola.

Con el encuentro frente al Compostela en Riazor ya en el horizonte y la probable puesta a punto de los delanteros lesionados, las posibilidades de que Adri Castro dispute su tercer partido consecutivo desde la alineación inicial tienden a la baja. O no. «Si Adri Castro sigue de titular en Riazor, estoy seguro de que ahí va a aportar muchas más cosas al juego y no va a tardar en llegar su primer gol con el Dépor», pronostica Justo. Y ratifica Brizzola: «Cuatro o cinco entrenamientos son poco tiempo para ver un cambio profundo en el equipo, pero los problemas de ataque van a depender de la mejora que sean capaces de insuflar al equipo jugadores como Keko, Lara, el que actúe de mediapunta y el punta». Será un nuevo contexto para Adri Castro, la oportunidad para no rendirse jamás.