Todas las miradas, en el partido
Torre de Marathón
Tras el controvertido cierre de mercado, el mea culpa de Richard Barral y los cambios anunciados, el Deportivo se centra en la crucial visita al Coruxo
05 Feb 2021. Actualizado a las 05:00 h.
Se acerca la hora de mirar al césped. A apenas 48 horas de que el balón comience a rodar, el Deportivo desea pasar página de todo aquello que le distraiga. Solo interesa lo inmediato y trascendente. El partido del domingo a las doce en Vigo contra el Coruxo se convierte en la primera de las seis finales que el equipo coruñés ha de ganar para plantarse en la fase de ascenso y seguir confiando en el retorno a Segunda División. No va más para un equipo que, desde que finalizó el encuentro contra el Unionistas y los jugadores se miraron cara a cara en el vestuario, ya está deseando que comience el encuentro más decisivo de todos los que ha disputado esta temporada. Es el próximo y el único que le interesa, pero también el que marcará su devenir en lo que queda de Liga. Después del pobre balance de diciembre y de la crisis flagrante de enero, sin un solo gol marcado, la plantilla lo espera como la ocasión de mostrarse al fin competitiva, dar un golpe en la mesa y comenzar a reclamar aquello que le corresponde: todas las alegrías del deportivismo.
La semana no ha dejado tiempo al entorno del equipo coruñés para enfocarse en el choque del domingo. Los debates acerca del cierre de mercado, en el que el eco de las salidas de Rolan y Rui Costa apenas ha encontrado respuesta en los ascensos de dos jóvenes del Fabril, se convirtió en el trueno previo a que se desatase la tormenta. Ni siquiera la hora y cuarto de explicaciones de Richard Barral ayudó a mitigar el creciente descontento. En una de las escasas comparecencias de su segunda etapa como director de fútbol del Deportivo asumió una responsabilidad de la que nadie le había ahorrado, mientras apenas encontró hueco para la autocrítica. Asumió culpas, pero no ofreció soluciones y se le vio decidido a esperar a que unos resultados que hasta ahora no han llegado solucionen aquello que no ha logrado arreglar.
Casi al mismo tiempo que Barral, las palabras del presidente de Abanca, Juan Carlos Escotet, anunciando cambios desataron expectación por lo que pueda suceder. El anuncio de una profunda profesionalización de las estructuras del club se convierte en el primer paso del futuro del Deportivo, que desde este domingo ha de comenzar a hablar ya desde el césped y con el balón. Nada hay más decisivo ahora mismo para el Dépor que la oportunidad de ganar su próximo compromiso liguero, el que le llevará al estrecho y corto campo de O Vao en la decimotercera jornada de Liga.
A este momento crucial de la temporada ha llegado un equipo que a duras penas ha sabido sobreponerse a las circunstancias que le han rodeado. Desde la primera jornada, cuando ganó en el minuto 97, hasta los repetidos sinsabores, victorias pírricas, bochornos y tropezones, apenas ha ofrecido nada más que desconcierto, disgustos y, finalmente, desinterés.
Pero si es cierto que el equipo más laureado de la categoría y el de mayor presupuesto sigue vivo, llega el momento de demostrarlo. El impulso dado por Rubén de la Barrera y las buenas sensaciones de los futbolistas el pasado domingo reclaman una oportunidad en el verde. Vuelve a oler a césped en el Deportivo. Que el balón comience a rodar.