Gol de Noel, desliz de Borja y derrota injusta del Dépor
Torre de Marathón
10 Oct 2021. Actualizado a las 17:59 h.
Que el Deportivo mereció ganar o, por lo menos, no perder en Irún lo saben hasta los más fanáticos del Real Unión. Fue mejor que su rival y generó incontables ocasiones. Pero, como sucede con los árbitros, el fútbol unas veces te da y otras te quita. Del mismo modo que se dieron por buenas las victorias frente al Tudelano o al Badajoz, hay que asumir ahora el injusto empate ante la SD Logroñés y la más injusta todavía derrota de esta jornada. Asumirlo y analizar el porqué.
Jugando como en Irún va a ser difícil que el Deportivo pierda. Pero también es cierto que los errores cometidos no son propios de un equipo que aspira a ser el campeón del grupo y ascender de forma directa. Que nadie le haya pegado un grito a Bergantiños cuando pide la pelota en el primer gol y el rival llega lanzado por detrás tiene delito. Como lo tiene que Jaime, que lo ve llegar de cara se la pase, tiene delito. Son acciones de salida de balón que se entrenan a diario. Tampoco puede ser que haya futbolistas que se queden mirando cuando el contrario contragolpea en el momento en el que estás volcado para ganar.
Tan incomprensibles son ambos errores como las manifestaciones de Borja Jiménez al concluir el encuentro cuando volvió a hablar de Noel. Después de que un crío de 18 años haya metido su tercer gol en Liga no parece acertado que su entrenador diga que no sabe si lo metió él o pegó en un defensa. ¿Qué más dará? El caso es que Noel esta vez gozó de más minutos e incluso no estando tan inspirado como otras veces, marcó el único gol del Dépor y puede seguir creciendo como futbolista. Porque lo que necesita es jugar, jugar y jugar.
Da la sensación de que la situación con el canterano, de debate continuo, incomoda tanto a Borja que se pone nervioso al hablar de él y de ahí el desliz que tuvo, que para nada pega con su forma de ser. Tan injustas como sus palabras sería que alguien pudiera utilizarlas en su contra porque tendría que ser muy ruin para haberlo hecho a propósito. Y Borja no lo es.
Fue, simplemente, otro desacierto más de un partido bien jugado en el que el infortunio y dos errores puntuales condenaron a un esperanzador Deportivo.