La Voz de Galicia

Efecto lateral en el Deportivo

Torre de Marathón

Xurxo Fernández
Diego Aguirre trata de avanzar con el balón ante la marca de Marcos Bravo

La irrupción de Aguirre en el carril derecho y el retorno de Villares a la medular reanimaron al equipo, que ganó recursos por dentro y profundidad por fuera

17 Apr 2022. Actualizado a las 22:22 h.

Llevaba el Deportivo varios meses jugando con dolor. «Hemos querido restar importancia a las bajas ahí, pero la realidad es que nos han hecho mucho daño», admitió por fin su entrenador, harto de sufrir en silencio. Hasta ahora había intentado solucionar el problema con un remedio poco apropiado, porque disimulaba el percance sin resolverlo y tenía además efectos secundarios en otras zonas del sistema. Así fue acumulando semanas de cojera en la derecha y estreñimiento en el centro, hasta dar con la solución el día más propicio. A tiempo para el baile. El invitado se anunciaba dispuesto al espectáculo y no había que desperdiciar un solo metro de campo. «Queríamos un jugador de mucha profundidad y verticalidad en ese sector para que Mario también tuviera espacios», detalló Borja Jiménez acerca del plan, poniendo subtítulos a la imagen ofrecida. El futbolista indicado para poblar la diestra era el primero de los diegos (Aguirre), cuyo concurso benefició al colectivo y especialmente a un tocayo. «Con Villares por dentro ganábamos piernas a la hora de recuperar. Él se siente cómodo jugando ahí», siguió pormenorizando el míster.

El vilalbés no fue el único reconfortado con las permutas, como reconoció otro de los agraciados. «Hoy hemos salido con tres en el mediocampo y yo metiéndome hacia dentro. Ahí estoy cómodo; cuando estoy por fuera no es lo mismo», relató Soriano, convencido de que «ha salido muy bien porque Aguirre ha estado muy bien». El clarividente autor del 2-0 era consciente del mal que ha obligado al Dépor a apretar los dientes: «Al final, el míster ha tenido que buscar recursos en esa zona. Los laterales son muy importantes en nuestro juego porque los extremos solemos ir hacia dentro». Salvo William, afecto al quiebro y a pisar la cal del fondo, el resto de habituales en las esquinas tienen querencia por la corona del área, para penetrar, filtrar pases o buscar el disparo.

El Dux, voluntarioso con balón y poco amigo de acantonarse tras pérdida, no penalizaba la acumulación de botas en carriles interiores, permitiendo a Soriano reforzar la sociedad que ya constituían Bergantiños, Villares, Juergen y Quiles. El delantero también pareció satisfecho con su ubicación en punta, una plaza cuya titularidad ha reivindicado de palabra y obra. En cuanto tuvo ocasión, sumó otro gol a las oposiciones a ariete, para las que su efectividad es tan útil como su magnetismo con los rivales.

Atrajo a uno hacia el primer palo con un inteligente movimiento de arrastre, dejando libre el segundo para liquidar el encuentro con ochenta minutos de margen. Los desplazamientos destinados a fijar marcas y abrir huecos se multiplicaron, aprovechando que la capacidad de irrumpir por sorpresa había vuelto al costado maltrecho. La alternativa a Héctor Hernández para avanzar en la izquierda se consolidaba como opción para que la fase ofensiva no sufriera limitaciones en la banda opuesta. Todo bien afianzado por el sistema de vigilancias, que, guiado por el capitán, funcionó al dedillo.

El alivio, sin embargo, es momentáneo. Diego Aguirre vio amarilla y cumplirá sanción en Talavera. No hay paz en esa orilla. «Hemos visto lo importantes que han sido Víctor y Trilli —señaló Borja—. El mal del lateral derecho del que tantas veces hemos hablado». Sin admitir hasta ahora la dimensión del problema.


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