Ocho frases del Joker para Mario Soriano y el Deportivo

«Todo lo que no te mata, simplemente te hace diferente». El Joker lo tenía claro: «Se ríen de mí porque soy diferente. Así que yo me río porque todos son iguales». El célebre personaje de cómic, nacido de la saga Batman, cobró hace unos años autonomía propia, convirtiéndose en un fenómeno de masas. Uno de los que lo idolatra es Mario Soriano. Lo tiene tatuado en su piel, cubriendo medio brazo derecho, y lo demuestra con cada gol que celebra con sus palmas de las manos al cielo. Su juego, también lo evoca: «Instaura una pequeña anarquía, altera el orden establecido y comenzará a reinar el caos. ¿Y sabes qué tiene el caos? Que es justo». La frase del Joker define a la perfección el desempeño de Soriano sobre el verde. Un jugador diferente, que se aprovecha del desorden ajeno para sembrar el pánico desde segunda línea. «¿Quieres saber para qué sirven los planes? No sirven para nada, por eso dejo que la vida me sorprenda», decía el personaje de cómic en otra de sus frases más célebres.

Soriano, como el Joker, se ha acostumbrado a renacer una y otra vez. Llegó la pasada temporada a última hora y apenas fue trascendente para el equipo, hasta mediada la liga. Pero fue empezar a jugar, y ganarse el cariño de Riazor a base de goles importantes. Ahí seguramente se agarró a las palabras de su ídolo: «Me he pasado toda la vida sin saber si realmente existía. Pero existo. Y la gente está empezando a darse cuenta».

Aunque debía regresar al Atlético de su cesión, hizo lo posible para conseguir que los rojiblancos lo traspasasen al Dépor. «The Joker is back», escribió en sus redes cuando se anunció su fichaje. Y su comienzo de curso no pudo ser mejor: doblete al Linares y otro más al Pontevedra. Tres goles en los dos primeros encuentros de Riazor. ¿Al fin había encontrado su lugar?

«Todo lo que se necesita es un mal día para convertir al hombre más cuerdo del mundo en un lunático». Y Soriano empezó a ceder su sitio en el Dépor, como el Joker en Gotham. El madrileño perdió la cabeza en Badajoz, fue expulsado por una roja directa que acabó pagando su equipo en derrota, y sus aportaciones comenzaron a menguar. Suplente ante el San Fernando y el Mérida, su liderazgo como una de las estrellas del proyecto parecía ya en cuestión. Los altibajos de los jóvenes, como le gusta recordar al entrenador Óscar Cano.

Pero Soriano, como el Jóker, siempre vuelve. El sábado, ante el Badajoz, redimió sus pecados y fue el encargado de abrir el marcador contra el rival que más daño le había hecho en lo anímico. Fue una liberación. Había cinco defensas en el área y se coló con rapidez entre todos ellos para hacer buena una genial asistencia de Alberto Quiles. Tras marcar, corrió y corrió en paralelo a la grada de Pabellón y se lanzó al suelo de rodillas, a la espera de que sus compañeros lo alcanzaran. «¡Solía pensar que la vida era una tragedia, pero ahora veo que es una comedia», decía su ídolo.

«Solo espero que mi muerte, cuando llegue, tenga más sentido que mi vida».

Nueve de sus diez tantos de blanquiazul, en Riazor

Hacía casi cuatro meses que Mario Soriano no veía puerta. Desde el 5 de noviembre, que había logrado marcar en su visita al Algeciras (1-2) en la jornada 11 del campeonato. Antes, le había marcado un doblete a la Balompédica Linense (3 de septiembre) y otra diana al Pontevedra (18 de septiembre).

Con el del Badajoz del sábado, el 10 del Dépor suma cinco goles en el presente campeonato, igualando la marca de la pasada temporada. En la pasada Liga había convertido tres en la competición regular (Valladolid Promesas, Dux Inter y Tudelano) y dos en el play off de ascenso (Linares y Albacete).

De los diez tantos como blanquiazul de Mario Soriano, nueve los ha materializado en el estadio de Riazor.