El problema del gol en el Deportivo

Con el primer tercio de liga consumido, el problema del gol va camino de pudrir las expectativas de ascenso del Deportivo. La falta de acierto ante la portería rival se ha convertido en un lastre para su ansiada remontada. Sin ir más lejos, el pasado sábado erró numerosas ocasiones para marcar y la victoria que se le escapó entre los dedos. Con apenas 12 goles en 13 jornadas (ni siquiera llega a una media de uno por partido), solo seis equipos del grupo 1 de Primera Federación han anotado menos que el coruñés, que no ve reflejada de ninguna manera en su pobre clasificación ni la condición de histórico, ni el masivo respaldo de sus seguidores, ni la millonaria inversión del pasado verano en fichajes de mucho nombre y escasísimo rendimiento.

Si el éxito de sus acciones a balón parado y el carácter decisivo de sus centrales, los que más goles han marcado en la categoría, lo impulsarían incluso como equipo de ascenso directo, este brillo se ve oscurecido a consecuencia de la pobreza de sus atacantes. Su rendimiento global lo convierte así en un equipo del montón, resultado de una defensa como ninguna otra entre sus rivales y, al mismo tiempo, el sexto peor ataque de la liga, solo un paso por encima de las posiciones que, en una clasificación a partir de este dato, darían pie a bajar de categoría.

Tras el último partido, Salva Sevilla reclamó más confianza en que los Lucas, Davo, Cayarga, Hugo Rama y compañía, junto a la recuperación del lesionado Yeremay, van a acabar encontrando el camino del gol. «Tenemos gente importante que puede marcar en cualquier momento, pero no estamos teniendo esa pizca de fortuna. No queda otra que seguir insistiendo, seguir perseverando y seguir intentándolo. A veces los goles son cuestión de rachas y no estamos teniendo esa fortuna para hacerlos», dijo.

El espejo en que deben mirarse está bien cerca. Ninguna otra línea de zagueros del grupo alcanza los cinco goles que suman entre los deportivistas Pablo Vázquez, Pablo Martínez y Jaime Sánchez. Este, pese a su condición de defensa, aprovechó su regreso a la alineación para estrenar su casillero anotador desde el mediocentro. En el plano individual, al margen de Pablo Vázquez y Pablo Martínez, solo otros dos zagueros acumulan más de un gol en el campeonato. Son el exdeportivista Trigueros, que ahora juega en el Nàstic de Tarragona, y Pau Resta, del colista Sabadell.

El contrapeso de este gran rendimiento de los defensas en ataque llega sorprendentemente de la mano de sus compañeros de ataque. Estos acumulan solo 6 goles en liga. Valcarce, un jugador de mediocampo llevado a jugar incluso de delantero centro, destaca como máximo anotador con dos tantos. Además, Davo, Ochoa, Mella y Barbero han marcado uno cada uno. Solo el Majadahonda (5 goles de sus atacantes), el Tarazona (5), el Nàstic (4), el Unionistas (4), el Sestao (2) y el Teruel (1) empeoran una cifra que, por sí sola, es de peligro de descenso.