La Voz de Galicia

Lucas Pérez, ahora sí

Torre de Marathón

Xurxo Fernández

El regreso del Dépor a Castalia corona al mejor jugador de Primera RFEF

03 Jun 2024. Actualizado a las 00:20 h.

La frase es vieja. De cuando ser del Dépor era un dolor. «Tiene al alcance de la mano conseguir que lo saquen en procesión». Viajaba el equipo a Castalia y Rubén de la Barrera colocaba el listón del jugador franquicia; el que había descendido dos escalones para subir uno con su club. No fue entonces, aunque Lucas Pérez Martínez (por Manuel y Manuela) lo intentó. Hizo (de penalti) el gol del empate y antes construyó otro para Yeremay. Insuficientes para sostener la ventaja con la que el Deportivo llegaba de Riazor. Del 1-0 al 4-3 de la eliminación.

Otro año sobre el barro, a beneficio de una gesta que parecería de bolsillo (a Segunda, nada más) si no fuera por la enorme carga de necesidad. Precisaba A Coruña enrolar al gran referente en el desfile triunfal de conjuntos de la ciudad. El 2024 será el del salto del Leyma y el Dépor Abanca al máximo nivel; y será, por fin, el del resurgir blanquiazul. Tras tocar fondo y culminando una campaña irregular.

La emoción estuvo a punto de llevarse por delante a Imanol Idiakez, tres veces negado antes de colocar su nombre «en una esquina pequeñita» de la historia de la entidad. Es probable, por cuestión de tiempo y pertenencia, que el de Lucas brille más. Aunque solo pretenda «un huequito de nada», tendrán que caber en él otros 16 tantos y 17 pases de gol.

Los del curso cerrado a pares de vuelta a Castellón, donde solo había en juego un trofeo menor. El de mejor integrante de esta categoría a la que el equipo no quería pertenecer. La abandona tras la enésima fiesta, abierta con un error del adversario que Davo transformó en contra, para que el dueño del 7 rompiera el fuera de juego y resolviera el mano a mano picando el balón.

Así equilibraba el duelo, y justo antes del descanso, David Mella lo escoró. Fue casi a puerta vacía, tras una contra a tres bandas, con Salva Sevilla (zurdazo en largo del adiós) en el arranque y Lucas Pérez de mediador.

La sociedad cambió en el 1-3. Permaneció, claro, el de Monelos, alternando esta vez con su acompañante en la selección. En la gallega, que hace dos días dividió el cruce por el título con una cita frente a Panamá. Allí se rodó Diego Villares, asistente en la última diana de esta campaña del pichichi blanquiazul.

También máximo asistente, de largo, del Dépor y la competición. Pudo disparar la cuenta en otro par de ocasiones, colocando en clara ventaja a Dani Barcia y a Pablo Vázquez en lanzamiento de falta lateral. Los centrales no estaban por la labor. Le reservaban a Davo el honor de cerrar, a placer, la temporada del resurgir. El 2-4 adelantó el desalojo de Castalia, entregando el campo a quienes hace un año se dejaron allí el proyecto, desencadenando otra reforma integral. Resistió Lucas para bien del club. Desde el infierno al altar.


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