Kevin Sánchez adelanta por la derecha en el Deportivo
Torre de Marathón
Mientras llueven propuestas de cesión, aprovecha la ausencia de Mella para explotar una versatilidad que desgrana Nacho Lourido, su exentrenador en el Cadete blanquiazul
03 Aug 2024. Actualizado a las 05:00 h.
Kevin Sánchez formó en el once inicial del miércoles en Barcelos y ya lo había hecho en el de Pasarón. En O Couto, durante el estreno del Dépor en pretemporada, también tuvo minutos. Suyo fue el estupendo pase entre líneas que acabó en el cuarto gol. Siempre actuando como extremo derecho, un puesto momentáneamente sin reclamar. El dueño habitual, David Mella, se ha perdido el arranque de la fase preparatoria para ganar el Europeo sub-19 con la selección. La principal alternativa ha ido Yeremay. El canario ha cambiado en costado un par de veces. Cuando no lo ha hecho, el titular en la esquina ha sido un atacante con ficha del Fabril.
Un futbolista que antes de arrancar el curso pasado renovó hasta el 2028 y al que este verano le están lloviendo ofertas de cesión. Varios equipos de Primera RFEF quieren sacar partido de su edad —solo 19 años, ocupa ficha sub-23— pero también de una polivalencia que está exprimiendo Imanol Idiakez durante la gira por Portugal.
Versatilidad que conoce desde hace tiempo otro integrante del club coruñés. Nacho Lourido es director del departamento de tecnología analítica y deportiva de la entidad blanquiazul, pero antes estuvo al frente del Cadete A. Allí coincidió con Kevin: «Conmigo jugó sobre todo en punta, aunque en ocasiones se alternó en banda con David Domínguez [autor de 23 goles en el curso 2023-24 con el Juvenil A]. Pero con sus condiciones puede ocupar todos los puestos del ataque. Tiente tantas virtudes que puedes utilizarlo en cualquier posición; creo que hasta cumpliría de lateral si fuera necesario».
Cuando repasa esas condiciones que favorecen al joven burgalés, el jefe de la sección de análisis no se deja ningún aspecto por tocar: «Hablamos de un ganador de duelos que alcanza todos los rechaces, que además es muy rápido y se desmarca bien tanto en apoyo como al espacio. Como tampoco se trata de un goleador puro, sino de alguien que genera situaciones en el área, puede actuar perfectamente detrás del punta o como extremo. Para esto último le ayuda que tiene último pase y es capaz de meter buenos centros en carrera; sobre todo, a ras de césped».
La semblanza no se detiene ahí: «Es un chico muy listo, que tira paredes y ofrece un trabajo espectacular sin balón, en tareas defensivas. Su intensidad siempre es máxima. A diferencia de muchos otros futbolistas de su edad, sabe abstraerse cuando lo buscan marcadores más veteranos y quieren provocarlo. No rehúye las disputas, pero mantiene la calma. Lo demostró la temporada pasada en Segunda Federación».
Ahora se le habría quedado pequeño ese filial al que aportó ocho tantos mientras se ejercitaba asiduamente con el primer equipo. Idiakez le dio minutos en Copa del Rey (marcó ante el Tenerife), en la fase regular y en los dos duelos entre campeones contra el Castellón.
¿Tiene defectos? Alguno, sí. «No es Romario cuando lo pillas en parado; no tiene ese regate con arranque —admite Lourido—, pero en carrera es imparable». Más que suficiente para que clubes como el Arenteiro lo quieran prestado. Se lo ha ganado a pulso, sostiene su exentrenador: «Su actitud es ejemplar. Es muy trabajador, por eso ha mejorado tanto su físico. Ha entendido que para ser profesional debe trabajar constantemente, y pico pala se ha convertido en el jugador que es». En cualquier lugar.