La Voz de Galicia

ADT, jugadora del Dépor Abanca: «El día de la dana, mi padre consiguió llegar a casa yendo en dirección prohibida y mi hermano tuvo que dormir en el coche»

Torre de Marathón

Antía S. Aguado

La familia de la delantera vive en Picassent, un pueblo cercano a los afectados por la dana: «Siento impotencia todos los días... Me encantaría estar allí y ayudar a amigas que lo han perdido todo»

11 Nov 2024. Actualizado a las 19:44 h.

De los cuatro goles del Dépor Abanca en la Liga F, la mitad tienen nombre propio. Ana de Teresa (Ibiza, 2001), conocida como ADT, exprime los minutos que Irene Ferreras le concede en el césped. Máxima goleadora del equipo en este inicio de temporada, está lista para ponerle la guinda a estos últimos siete días. Ahora, le toca la Real Sociedad (domingo, 12.00 horas, Dazn).

—La semana está siendo redonda: cumpleaños, titularidad, gol ante el Betis, pase a octavos de Copa...

—Totalmente, no puedo pedir más. Salió todo como queríamos y pasamos a la siguiente ronda de Copa de la Reina. Era una pequeña revancha contra el Betis después del partido de liga [quedaron 0-0]. Y, al final, fue a nuestro favor.

—Marcó el primer gol en la vuelta del Dépor a Primera División.

—No le doy importancia. Cuando salgo al campo intento aportar lo máximo que puedo al equipo. El día del Atleti salí a eso, a ayudar y a intentar remontar.

—A pesar de su juventud, cuenta con experiencia en la élite. ¿Le dio algún consejo a sus compañeras?

—Soy de las jóvenes, no creo que deba darlos. Igual me los tienen que dar ellas a mí (ríe). Tenemos que aprender todas de todas y seguir adelante como grupo. Conocía la liga, cada vez se está profesionalizando más y los equipos son más competitivos.

—¿Cómo está viendo al equipo?

—Hasta hace poco estábamos más arriba, pero todavía seguimos manteniendo distancia con el descenso. Nos veo bien, sacando puntos. Nos queda jugar el partido contra el Valencia, en el cual podemos optar a sumar +3. Esperemos seguir así.

—La primera victoria se hizo de rogar. ¿Sentían presión?

—Estábamos tranquilas porque sabíamos que estábamos haciendo las cosas bien y que la victoria acabaría llegando tarde o temprano. Siempre quieres que se produzca ya, pero no nos pusimos nerviosas. Cuando haces las cosas bien, encuentras el premio.

—Las sensaciones eran realmente buenas.

—Sí, sí. Al final era cuestión de esperar a que llegase y tener paciencia. Acabamos de volver a la Liga F, somos un equipo recién ascendido, no hay que tener ansias de hacerlo todo ya. A veces hay que esperar un poco para que las cosas empiecen a rodar como queremos.

—¿Cómo llevan jugar en Riazor?

—La gente está viniendo a apoyarnos. No me puse ninguna expectativa a nivel afición. Lo que estoy viendo me está gustando mucho, la gente se está portando. Nos está apoyando mucho y vienen a los partidos casi 2.000 personas.

—Ahora toca la Real Sociedad. Tradicionalmente ha sido de los equipos complicados.

—Es un equipo complicado que siempre está luchando por los puestos de arriba. Creemos que podemos sacar algo. Una de las virtudes es el golpeo que tiene Eizaguirre. Debemos tenerla vigilada, nos puede dar algún susto.

—Todavía no ha sido titular en liga. ¿Esperaba contar con más minutos?

—No me suelo poner expectativas. Si lo hago y no se cumplen, es difícil llevarlo. Espero a que Irene me saque y, cuando lo hace, doy el cien por cien. Estoy intentando aprovechar los minutos. Luego, la decisión final es suya.

—El año pasado solo jugó siete como titular, pero fue la segunda máxima anotadora del equipo.

—Fue una temporada buena pero, a nivel personal, irregular. No tuve mucha continuidad por problemas físicos y eso también llevó a mi falta de titularidad.

—¿Cómo lo gestiona?

—Tienes que ser consciente de que en un equipo hay mucha gente, que todas somos importantes y que hay que aprovechar los minutos que me den con la cabeza fría.

—¿Cuál es el objetivo de este año?

—Mantenernos en Liga F. Hay que pensar antes en el colectivo, no frustrarse y, aunque las cosas no salgan, saber que lo van a hacer.

«Han perdido su casa, familiares... Todo. Siento todos los días mucha impotencia»

Nació en las Islas Baleares pero, desde hace años, el vínculo que siente con Valencia es muy fuerte.

—¿Cómo empezó a jugar al fútbol?

—Mi padre es militar y se marchó a Afganistán. Antes de irse nos dijo que, cuando volviese, nos apuntaría al deporte que quisiéramos. Yo le dije el tenis. Pero me di cuenta de que me gustaba jugarlo, no entrenar. Entonces le dije que quería ir con mis hermanos a jugar al fútbol, siempre estaba con ellos. Nos apuntó a todos al mismo club. Y hasta ahora.

—¿Cómo es la ADT persona?

—Alegre, intento estar siempre sonriendo... Pienso siempre en los demás, en ayudar a los que más quiero y que estén bien.

—¿Qué aficiones tiene?

—En verano practico paddle surf y también me gusta el pádel.

—¿Estudia?

—La carrera de Márketing e Investigación de Mercados. Ya había estudiado el grado superior de deporte y me gusta, pero como siempre estoy hablando con mi padre para ver qué inventamos, qué negocios se pueden hacer... Se me ocurrió empezar la carrera.

—También entrena.

—Raquel García estaba en la escuela de Piscu con tecnificación. A finales del año pasado me contactaron y, ahora, como tengo os tres niveles de entrenadora, voy los martes y miércoles a ayudar. Me gustaría coger un equipo de niños, pero no puedo comprometerme. Esto es la opción perfecta: entrenamos durante la semana, pero no voy a los partidos.

—Son días difíciles en Valencia.

—Mi familia vive en Picassent, muy cerca de donde ha pasado todo. Mi padre y mi hermano no estaban en casa, y el único que pudo llegar fue el primero. Tuvo que ir en dirección prohibida para escapar del agua. A mi hermano le tocó dormir en el coche.

—¿Qué le cuentan?

—Que queda mucho trabajo por hacer. Se ha limpiado de fango, de basura... Pero hay muchas calles a las que no se puede acceder porque hay coches y muebles. Es difícil que se olviden de lo que ha pasado, pero si aún encima salen y ven todo así, es imposible no recordar el día que pasó todo. Hay mucha gente pasándolo mal, no es justo. Han perdido su casa, familiares... Todo. Siento todos los días mucha impotencia. No puedo dejar de mirar las noticias.

—¿Cómo es capaz de evadirse y centrarse en el fútbol?

—Es muy difícil. Mi padre y dos hermanos míos son militares. Están ayudando. Yo quería estar allí, pero... Me encantaría ayudar a amigas que han perdido todo en su casa. Desde la distancia ayudo en lo que puedo.


Comentar