La violencia radical tapa el Sol
Vigo

01 May 2002. Actualizado a las 07:00 h.
¡Fea, mal follada! gritaba la víctima a su agresora mientras se limpiaba la sangre. La mujer, de mediana edad, había salido en defensa del secretario local de CC OO, Manel Fernández, a quien una trabajadora llamaba corrupto a pie de estrado. El enfrentamiento entre la antigua empleada de Álvarez, empresa en liquidación, y la manifestante de Comisiones Obreras fue el primero de una serie de altercados violentos que ensombrecieron ayer la Porta do Sol, en un día en que el astro rey sólo se dejó ver a ratos para dar paso a chaparrones intensos. En la primera pelea, la mujer de GEA le pegó con la pancarta en la cabeza a la simpatizante de Comisiones y ésta empezó a sangrar abundantemente a pesar de que la herida era superficial. «No pasa nada, no pasa nada», decía la herida a su amigas. La eurovisiva Rosa fracasa Poco antes de empezar la bronca, una manifestante de Comisiones pedía un botellín de agua en la cafetería Royal Atlántico. En los altavoces del establecimiento sonaba con fuerza «Europe is living a celebration, todos juntos vamos a..». Pero nadie le hacía caso a la eurovisiva Rosa de España. Mientras se pegaban en la calle, fornidas mujeres se disputaban en las pantallas de Eurosport el campeonato de Europa de levantamiento de pesas femenino. Más de una de ellas podía haber sido contratada como guardia de corps de alguna de las manifestaciones. Agata Wrobel, una eslava con cara de mala leche, levantaba los 150 kilos y no podía con los 155. Antes de la bulla los más mayores podían recordar con nostalagia las canciones republicanas. ¡Ay Carmela! animaba la marcha de los manifestantes anarquistas de la CNT, que iban seguidos por los críticos de GEA. La CIG también desfiló con música, pero no estaba enlatada. En vivo y en directo sonaban las trompetas y tambores de la charanga «Arroutada de Goián». Aunque en la Porta do Sol no había ningún policía sí estaban presentes los tricornios de la Guardia Civil. Un pequeño grupo de UGT aprovechaba que el Primero de Mayo pasaba por allí para pedir la desmilitarización de la Benemérita portando un peluche de un guardia. Mauro, un manifestante de la CNT, iba con sus mejores galas para la ocasión: un mono azul roto a jirones, salsa de tomate por el cuerpo, cadenas y un martillo pilón gigantesco. A pesar de su aspecto de película «gore» se comportó pacíficamente. Luis Fernández acudió a la movilización de CGT y CUT con su silla de ruedas. Estaba allí para pedir la libertad del Camarada Arenas y de otros cuatro miembros del PCE (r) que permanecen presos en París. Cree que los GRAPO no mataron a Cordón. «Los GRAPO si tienen que pegar un tiro a un oligarca se lo pegan y no lo ocultan»...