La Voz de Galicia

Vigo opta a ser cabecera de la futura red de autopistas marítimas de la UE

Vigo

Francia y España presentarán varios proyectos conjuntos para que sean pagados por Bruselas Las candidaturas portuarias tendrán que formalizarse antes de que termine este año

16 Nov 2006. Actualizado a las 06:00 h.

Vigo es una de las ciudades de la fachada atlántica europea mejor colocadas para formar parte de los proyectos de las autopistas del mar que la Unión Europea fomentará y financiará a partir del año 2007 o 2008, con vistas a transportar por mar miles de toneladas de mercancías en buques, en cuyo interior irán estibados semirremolques y camiones. El propósito de este sistema es evitar, a mayores, el colapso de las carreteras y de los pasos fronterizos más sensibles y saturados dentro del territorio comunitario, como pueden ser los Pirineos o los Alpes. La posición geoestratégica, las buenas condiciones meteorológicas, el calado de su puerto y la distancia en el punto medio entre Lisboa y el norte y el noroeste de Europa, hacen de la terminal viguesa especialmente atractiva para esta iniciativa. En este camino, Francia y España dieron ayer un nuevo paso de gigante para la consecución de estas autopistas marítimas, y acordaron crear una comisión intergubernamental de ambos Estados para determinar qué puertos y qué ciudades formarán parte de los proyectos que serán presentados ante la UE, para que ésta financie parte de las infraestructuras necesarias de cara a su puesta en marcha. Bruselas está dispuesta a pagar hasta el 20% de los accesos a los puertos, así como obras en las propias terminales y costear servicios adscritos a estas autopistas del mar. Vigo, A Coruña, Gijón, Bilbao y Santander, por parte española, encajarían en el perfil de las autopistas, mientras que del lado francés se adaptarían Saint-Nazaire, Rouen y Burdeos. Buenos accesos El concepto de las autopistas del mar fue acuñado en el año 2001 por una española, la que fue eurocomisaria de Transportes y vicepresidenta de la Comisión Europea, Loyola de Palacio. Se trataría de hacer funcionar, según ideó en su momento, un modelo de transporte masivo por mar de mercancías en camiones y semirremolques, que serían embarcados, a su vez, en buques para su distribución en distintos puertos europeos. Éstos deberían estar distanciados más o menos unos 500 kilómetros. En el caso de Vigo, supondría el transporte de unas 600.000 toneladas anuales de productos, según estimaciones de los expertos. Para que funcione este mecanismo logístico, que, al contrario de lo que pudiera parecer nada tiene que ver con alcanzar altas velocidades en las rutas marítimas (la velocidad media sería similar, en torno a unos 14-18 nudos), es preciso disponer de ágiles procesos burocráticos para solventar el problema del papeleo, también una legión de máquinas terrestres de embarque en los buques, además de accesos sin demasiados obstáculos en la circulación viaria y, finalmente, buenas conexiones con vías de alta capacidad o autopistas terrestres. Aunque el concepto de autopistas del mar vio la luz en el 2001, los expertos afirman que Vigo ya es un buen ejemplo de este modelo de transporte, con las rutas establecidas por Flota Suardíaz desde hace décadas con Francia e Inglaterra para el envío de coches fabricados en el centro de producción vigués de PSA Peugeto Citroën.


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