La Voz de Galicia

«Laxeiro era un cliente habitual, pero también estuvo Julio Iglesias»

Vigo

Xulio Vázquez vigo

TABERNERO

07 Jun 2007. Actualizado a las 07:00 h.

Famosos tertulianos (escritores, artistas y políticos) hicieron del Café Gijón en Madrid el de mayor historia de España en algo más de un siglo. Lo mismo se podría decir de la Bodeguita de Enmedio en La Habana, con sólo citar a Hemingway, Nicolás Guillén o Salvador Allende. José Antonio Carrasco González regenta un bodegón en el número 6 de la calle Santa Marta y, en cincuenta años de existencia, también tiene su leyenda artística. «El pintor Laxeiro era habitual, pero también estuvo el cantante Julio Iglesias, junto con otras personalidades de la cultura y el arte», afirma Carrasco. -Ante todo, un trato familiar y comida casera, además de pescado de todo tipo, regado con buenos caldos de nuestra tierra, sobre todo Ribeiro, donde aún conservamos algunos viñedos que eran de mi padre, concretamente en el pueblo de Roucos. -¿Parece una galería de arte? -(Risas). Los cuadros que se ven en las paredes son regalos de varios pintores que solían frecuentar nuestro local hace unos treinta años. Éste (señala) es de Conde Corbal; este otro, de Antón Lamazares; también tengo estos de Laxeiro... Acompañaban a Laxeiro, como el escultor ourensán Acisclo Manzano. El pintor Lodeiro también era frecuente. Después de cenar, solían hacer una queimada. -¿Alguna anécdota de Laxeiro? -Le gustaban mucho los pescaditos y la comida típica gallega. Luego, también estaban de tertulia entre ellos y, muchas veces, hasta las cinco de la mañana. También le entusiasmaba el arroz con leche. Una vez tenía preparada una fuente para unos empleados de un banco, al verla, me dijo si quedaría algo para él y le respondí que eran muchos, y que no lo sabía, entonces, se levantó, cogió la fuente para su mesa y se sirvió. Se entretenía haciendo dibujos en las servilletas o en algún papel. Por Navidad, siempre nos solía mandar algún cuadro. -¿Gente del espectáculo? -Sí, hasta vino Julio Iglesias, cuando aún estaba casado con Isabel Preysler. Fue en invierno y vestía una gabardina. Se había puesto muy tierno por teléfono con su hija Chabeli.


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