Pilotes y Cangas buscan permanecer en la liga Asobal que arranca hoy
Vigo
12 Sep 2009. Actualizado a las 18:13 h.
La espera para los aficionados al balonmano toca a su fin. En unas horas echará a andar una nueva edición de la Liga Asobal, que contará con Pilotes y Cangas como representantes gallegos, en una campaña que tendrá como claro objetivo para ambos lograr su permanencia en la categoría.
La temporada da su pistoletazo de salida con un duelo apasionante, aunque notablemente desigual para los de Cangas, que regresan a la élite tras tres duras temporadas en la División de Honor B. El todopoderoso Barcelona será el encargado esta tarde, a partir de las seis y media, de vestir de gala el pabellón de O Gatañal.
Para medirse al conjunto blaugrana, Curro Lucena tiene la baja segura del pivote Víctor Frade, con una pequeña fisura en el dedo índice de su pie derecho, y tendrá que elegir el otro descarte entre Tomás Fontán, Pablo Sánchez y Víctor Díaz, que arrastran diversas molestias.
En Cangas son conscientes de que no les ha correspondido el mejor invitado para arrancar la competición con una victoria. Es más, la diferencia de presupuesto es tan abultada que las expectativas son prácticamente nulas. Los culés cuentan con el presupuesto más alto de la categoría mientras que el del Cangas es el más bajo.
«A veces los milagros existen»
Con semejante distancia de potencial, Curro Lucena apuesta por un milagro como única opción para dar la campanada. «La opción de sorpresa no existe cuando te mides a un equipo como el Barcelona, que cuenta con 18 jugadores que en cualquier otro equipo serían titulares indiscutibles. Puntuar ante este equipo sería un milagro para un club humilde como el nuestro, aunque a veces en el deporte los milagros existen», admitía el preparador malagueño.
Por eso, Lucena sabe que las mínimas opciones que tiene su equipo para poder puntuar pasan por «no cometer muchas pérdidas de balón que les facilite el contraataque y tener una eficacia del 80% en los lanzamientos, algo que se antoja muy difícil. El Barcelona es una constelación de estrellas. Su profundidad de banquillo asusta y es muy difícil destacar a un jugador por encima del resto», añade el técnico andaluz.