A tiros con el globo en Valadares
Vigo
Mercedes Corominas presenta la navegación aerostática en la ciudad
01 Oct 2011. Actualizado a las 06:00 h.
La catalana Mercedes Corominas se convirtió en agosto de 1908 en la reactivadora de la actividad aerostática en Vigo, dieciocho años después de que el capitán Martínez volase por primera vez en un globo sobre los cielos de Vigo.
La intrépida navegante fue contratada por el Vigo Foot Ball Club para realizar una exhibición en el campo de Coia. En su currículo se contaban 59 ascensiones en un globo de seda impermeable, construido por la casa Lachambre de París, y con capacidad para albergar 300 metros cúbicos de gas.
El club futbolístico estableció tres precios para acceder a su campo: la silla de preferencia costaba dos pesetas; asiento de campo, 1,5 pesetas; y la general, una peseta. A las dos de la tarde del 25 de agosto se abrieron las puertas del campo y comenzaron los preparativos para poner el globo Mercedes en el aire. Al ser un día laborable, la fábrica de gas, ubicada donde hoy está la gasolinera de Beiramar, no pudo suministrar todo el gas necesario porque era día laborable y también requerían este combustible numerosas fábricas de conservas de la ciudad.
Aterrizaje en Arruídos
Así que, con retraso y con viento del noroeste, Corominas ascendió en su globo en dirección hacia Sárdoma y Valadares. La aeronauta se vio obligada a lanzar mucho lastre para remonta el Galiñeiro poco antes de aterrizar suavemente en Arruídos, Gondomar.
Por todas las complicaciones del primer día, el Vigo decidió contratar una nueva ascensión para el día 30 de agosto, un domingo para evitar los problemas de suministro. Manuel Ocaña, un aficionado local, se sumó a la aventura, armado con una cámara fotográfica.
La gran expectación levantada el primer día llevó al club de fútbol a bajar los precios de las entradas de general. A las 17.45 horas, el globo despegó, se elevó ocho metros y se precipitó sobre la banda de música El Eco de Cangas, que amenizaba el evento. El problema se debía a la pérdida de fuerza del gas, que se había empezado a introducir en el globo a la una de la madrugada pasada.
En el segundo intento Manuel Ocaña tuvo que quedarse en tierra y el aerostático sí se elevó, siguiendo un rumbo hacia Vincios. La piloto del globo lanzó desde el aire miles de hojitas de colores que contenían unos versos dedicados a la ciudad.
No habían acabado los problemas para esta Raíña dos Aires, como la habían calificado en Lisboa cuando llegó a ascender hasta los 3.800 metros.
Aquel día había fiestas en Valadares, lugar previsto para el aterrizaje. Cuando los habitantes de esta parroquia vieron el globo comenzaron a lanzarle cohetes y bombas. La aeronauta catalana no podía creer lo que estaba viendo, pero tuvo que reaccionar rápidamente, soltar lastre y elevarse para huir de aquel malentendido.
Su aterrizaje se produjo sin problemas en Zamáns, hasta donde se acercaron miembros del Vigo para recoger a la aviadora.
eran otros tiempos verano 1908