El espejo de la generación de 1965
Vigo

Fútbol El Celta juvenil busca una remontada para jugar su segunda final de Copa
21 Jun 2015. Actualizado a las 05:00 h.
El Celta es el único equipo gallego que hasta la fecha ha disputado una final de la Copa del Rey de juveniles. Sucedió en 1965 con el Athletic de Bilbao como rival y verdugo (2-1). Cincuenta años después, y tras un intento frustrado de por medio, el equipo celeste intentará (12 horas, A Madroa) repetir la gesta, aunque para ello debe remontar un 3-1 adverso ante el Rayo Vallecano, el campeón del grupo madrileño.
El precedente se escribe en blanco y negro, y todavía con la denominación de Copa del Generalísimo. Medio siglo atrás los celestes se plantaron en el Bernabéu como teloneros de la filial sénior que disputaban Athletic y Zaragoza. El juvenil bilbaíno fue también el rival de los célticos, que formaron por Suso, Villar, Manolo, Cambeiro, José Eduardo, Costas, Plaza, Sanromán, Lito, Félix y Núñez. En los rojiblancos destacaba la presencia de Sanz y de Rojo como jugadores más conocidos. El Athletic se adelantó en el primer tiempo con un tanto de Lavín, empatando Lito para el Celta al inicio del segundo tiempo. Estéfano un poco después firmó el 2-1 definitivo.
Para llegar a la final, aquel Celta que entrenaba el mítico Ramón Palo había eliminado en semifinales al Real Madrid, con un 3-0 rotundo en el partido de ida en Balaídos y sufriendo (2-0) en la vuelta con los blancos. En el primer partido, los celestes habían cimentado el pase a la gran final con los tantos de Costas en el primer tiempo y de Plaza y Lito, en el margen de un minuto, en el segundo acto. En la vuelta, García-Ramos y Aparicio pusieron contra las cuerdas al Celta, que aguantó el resultado en la recta final para meterse en su primera y única final por el momento.
Porque la tentativa más reciente, en el 2009, fue frustrada por el FC Barcelona en semifinales en un polémico partido de vuelta. Ahora se presenta una nueva oportunidad, pero con la necesidad de remontar dos goles en la ida y con bajas de consideración. Una nueva ocasión de hacer historia y poder vivir una segunda final. De Costas a Alende. De Lito a Adrián Rodríguez. De Ramón Polo a David de Dios. Sería la primera final en color para un club de cantera.
Pape encabeza un cuadro de bajas que complican superar el 3-1 que trae en Rayo
Las bajas son el principal enemigo del Celta para soñar con la final del próximo sábado en el Alfonso Murube de Ceuta ante el Real Madrid, que se clasificó ayer pese a perder por 2-1 en Valencia (4-1 de la ida). David de Dios no puede contar con Pape, que no se ha recuperado desde el encontronazo del partido de vuelta de los cuartos del final con la Real Sociedad, ni con Brais Méndez (sancionado) ni con Adrián Iglesias y Nacho, ausencias que le obligan a alterar la medular y que le dejan con poca respuesta desde el banquillo.
Los célticos saben que el potencial del Rayo Vallecano reside en el balón parado, pero también que pueden matar la eliminatoria en una contra, por eso el Celta pese a las bajas debe saber conjugar su necesidad de atacar con mantenerse vivo en el cruce.
Para ayudar, el club ha hecho un llamamiento a la afición en la jornada de ayer: «Imbatido en su feudo, campeón de su Liga y con unos registros impresionantes, el Celta Juvenil de División de Honor está capacitado para firmar una remontada épica. El empuje de los aficionados desde la grada será sin duda un plus para que los canteranos celestes cosechen el resultado necesario para acceder a la ansiada final copera». La entrada será libre.