La Voz de Galicia

Míriam Barrio: «Correr promueve la incontinencia»

Vigo

Ángel Paniagua Vigo / la voz Uróloga

Coordina la unidad de suelo pélvico y urodinamia de Povisa y explica que el mayor riesgo es el embarazo

04 Mar 2018. Actualizado a las 16:56 h.

El Hospital Povisa abrió hace un año una unidad de suelo pélvico, con una uróloga que atiende a los pacientes desde el primer momento. Esa uróloga es Míriam Barrio (Barcelona, 1984), que explica que la incontinencia urinaria sigue siendo un tabú.

-¿En qué nota un paciente que existe una unidad de suelo pélvico y no una consulta convencional?

-Desde el momento cero un urólogo especialista en suelo pélvico implica al paciente y le da unas expectativas realistas. Explicamos que esto es un trastorno de funcionamiento y que hay que tratar a cada persona de manera diferente. Pero queremos educar el suelo pélvico, más que dar tratamientos invasivos, como la cirugía o los fármacos.

-¿Cuáles son los trastornos más frecuentes del suelo pélvico?

-La incontinencia de orina, sobre todo en mujeres. Hay otros frecuentes como el prolapso, que es un descenso de la vejiga y de la zona pélvica. Las mujeres deben saber que correr es malo para el suelo pélvico.

-¿Correr?

-Sí. Todos los impactos abdominales son malos para el suelo pélvico si no hay un buen entrenamiento previo, unas fibras bien entrenadas. Correr y otros deportes promueven la aparición de incontinencia y de prolapso o los agravan si ya existen.

-¿Qué otros deportes?

-Las pesas, el spinning, el crossfit... en general, todo lo que provoque impacto abdominal, porque abomba más la base de la pelvis.

-¿Qué puede hacer una mujer a la que le apetezca salir a correr de vez en cuando?

-Lo primero es ser consciente de que tal vez el ejercicio le venga bien para fortalecer músculos o para el corazón, pero que desfavorece en esto. Existen ejercicios para el suelo pélvico, como los de Kegel, que consisten en apretar igual que cuando cortas el chorro de la orina. Yo siempre recomiendo hacerlos tres veces al día durante diez minutos y ser constante. Esto puede hacerse en cualquier sitio, nadie se da cuenta. Una mujer activa, igual que busca en Google cómo se hacen unas sentadillas, debe pensar en el suelo pélvico.

-Estamos hablando siempre en femenino.

-Sí, es que es más prevalente en mujeres, por una cuestión anatómica. En el varón ocurre en los operados; como ahora se operan más casos de cáncer de próstata, vienen más hombres.

-Los deportes que citaba antes están de moda. ¿Hay más pacientes jóvenes que antes?

-Veo bastante gente joven y siempre pregunto si hay un deporte de fondo como factor de riesgo, pero el factor de riesgo principal es el embarazo: cuando el niño es grande, cuando hay embarazos gemelares... También la menopausia, porque implica pérdida muscular. Estos trastornos siempre han estado ahí, pero eran un tema tabú.

-¿Para las pacientes?

-Y también para los médicos, que no podemos ir de cracs, no nos lucimos, porque esto es una patología crónica, en la que se puede mejorar mucho, pero pocas veces se cura.

-Pero si es una cuestión de hacer ejercicio, ¿por qué no se cura?

-Una de las principales causas de fracaso es la falta de constancia. Hacer ejercicio no es una mejora a corto plazo y todos queremos mejorar ya, preferimos una operación o una pastilla. Se empiezan a notar mejoras a los seis meses.

-Hablaba de factores de riesgo. ¿Cuáles más existen?

-Fumar. Hablamos de incontinencias de esfuerzo, en las que la orina se escapa por una tos, una risa, un estornudo... Una fumadora que tose mucho tiene más papeletas.

-¿También operan?

-Sí, unos cuatro o cinco pacientes al mes. Se reserva para casos graves. Pero hay que tener claro que la cirugía no siempre corrige el problema, por eso hay que seguir entrenando.

-¿En qué momento la incontinencia se convierte en patológica?

-Cuando altera la calidad de vida, y eso tiene que ver con la paciente y sus circunstancias emocionales, laborales, personales, etcétera. Puede ser leve, pero que se dé cada vez que coge a su hijo en brazos o cuando mantienen relaciones sexuales, y que por ello lo eviten. Hay otras personas que tienen una pérdida importante, pero no les supone ningún problema. Así que depende.


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