El orgullo del trabajo bien hecho y el deseo de volver a intentarlo
Vigo
El Celta de baloncesto ya piensa en clave de futuro tras no lograr el ascenso
30 Apr 2019. Actualizado a las 05:00 h.
El Celta volvió a quedarse a las puertas del ascenso por segunda temporada consecutiva. Tras un campeonato de liga inmaculado, los contratiempos a los que habían tenido que sobreponerse durante todo el curso les pasaron factura en los días decisivos. El cansancio por la falta de rotación las dejó sin opciones en el último partido, pero su entrenadora destaca por encima de todo el orgullo por el hecho de haber visto a sus chicas vaciarse por completo.
sensaciones
Muy parecido y a la vez muy distinto al año pasado
La entrenadora del Celta, Cristina Cantero, y buena parte de las jugadoras del equipo repiten el sinsabor de no poder lograr el ascenso tras haber estado cerca. Dice la técnico que «es diferente al año pasado y a la vez igual». «Tenemos la sensación del trabajo bien hecho, de la satisfacción por el grupo y de haber dado todo lo que tienes. El año pasado llegamos a nuestro límite y estuvimos a punto de ganar. Este año también alcanzamos nuestro límite, pero mermadas, al borde de nuestras posibilidades», recalca.
Causas
El corazón no pudo con el cansancio y físico
En el partido final el equipo pagó «las bajas y que muchas jugadoras llegaban explotadas a nivel de minutos, con mucho desgaste físico», en palabras de Cantero. A las lesiones se sumaba el «sufrimiento mental» de ver que tenían un equipo hecho para ascender pero que una serie de contratiempos se lo pusieron casi imposible. «Durante el año van pasando cosas que te impiden rendir al 100 % y luego Hildur se hace daño, Celia en el partido clave tiene gastroenteritis...», revela la entrenadora. Cuando las cosas empezaron a torcerse, dice, «el corazón no pudo con el cansancio físico y mental» que arrastraban. Con todo, la sensación que predomina es «el orgullo por haberlo dado todo» y las ganas de reconstruir el equipo y «volver a intentarlo».
Conclusiones
La grandeza de un equipo y el objetivo cumplido
Sabedora de lo difícil que iba a ser la fase por los condicionantes que arrastraban, recuerda Cantero que fijó como objetivo estar en la final del domingo, algo que lograron. «Sabía que llegábamos justas y nos propusimos luchar por ascender en el último partido aunque luego fuera tan dispar», comenta sobre el marcador final del duelo frente al Campus Promete. La entrenadora cree que el hecho de haber llegado habla de «la grandeza del equipo, de saber comportarse y tener interiorizada la filosofía de trabajo diario del club y de esfuerzo». Admite que cuando supieron cuál iba a ser el último rival no querían ni hablar de ello: «Sabíamos que iba a ser muy, muy difícil», reconoce. Cree que las lágrimas tras caer son positivas. «Es un lloro de todo: de desgaste, de emociones, de haber estado cerca dos veces... Todo eso hay que sacarlo y cuanto antes te desahogues, antes vuelves a sonreír», valora.
Futuro
Con ganas de volver a intentarlo
Cantero tiene contrato con el club y no esconde que el sueño sería una tercera fase que, en todo caso, en este momento queda a años luz. «Lo ideal sería un nuevo proyecto para estar arriba, pero ahora empieza la parte fea de los presupuestos, las negociaciones, los apoyos que tengamos... El club sigue creciendo y lo primero es soportarlo económicamente», destaca. Si por ella fuera, le gustaría mantener al menos al bloque nacional del equipo.