La Voz de Galicia

Fiestas que ya son para todos

Vigo

B. Villaverde Vigo / La Voz Socios de la Asociación de Familiares de Persoas con Parálise Cerebral

Este año la noria de Coia estuvo adaptada a personas con movilidad reducida

13 Jul 2019. Actualizado a las 05:00 h.

Totalmente incrédulos. Así fue cómo reaccionaron en la Asociación de Familias de Persoas con Parálise Cerebral (APAMP) cuando les dijeron que este año, finalmente, sí podrían montar en la noria. Tenía que ser una broma, ¿verdad? Hasta ahora las fiestas patronales eran territorio vedado para las personas con movilidad reducida. Tampoco daban crédito a sus ojos en el momento en que se encontraron delante de la plataforma de acceso frente a la gigantesca rueda. Ver para creer.

Las pasadas fiestas del barrio de Coia disponían, por primera vez, de una noria adaptada para usuarios de sillas de ruedas. En la base del aparato, pudieron montar en las cabinas transparentes con la ayuda de los operarios y empleando una rampa de acceso. La máquina estuvo instalada en el cruce de la avenida de Castelao con la calle de O Grove, junto a la rotonda del barco monumental de Alfageme. La contratación de este tipo de estructuras especializadas podría ser uno de los primeros pasos hacia la constitución de verdaderas ferias populares: más inclusivas, agradables y divertidas para todos los vecinos, sin distinción alguna.

Montados en sus sillas de ruedas, estas personas por fin pudieron sentir la emoción de montar por primera vez en esta armazón giratorio. Francisco Díaz fue uno de los afortunados que disfrutó de las vistas desde el punto más alto. «Estamos encantados», declaró ayer en el programa Voces de tu ciudad de RadioVoz. A sus 33 años, Fran nunca había tenido la oportunidad de subir a la cabina de uno de estos colosos de feria, una carencia que puede llegar a ser frustrante en fechas de diversión. Fani Pérez, de 23 años, compartió su sorpresa al ver cómo el mundo terrenal encogía a medida que ascendía siguiendo el arco del eje. La experiencia, por suerte, es repetible y podrán acceder cuantas veces deseen, en cuanto esta rueda de ilusión vuelva a la ciudad.

Eva da Silva, responsable de ocio de APAMP, no encontraba palabras para describir la exaltación de las caras de los muchachos. Confesó que la sensación general era el miedo de que se desmoronase el habitáculo, «las sillas conllevan un peso importante». Eva recordaba que moverse en silla de ruedas, sobre todo por terrenos desiguales y aceras estrechas, no es tarea fácil hoy en día. «No son solo barreras arquitectónicas, son las barreras que todos nosotros ponemos sin darnos cuenta», recalcó. Para los operarios de la noria, solo encuentra elogios: «no fueron amables, sino lo siguiente».

Para Eva da Silva la misión de las festividades debería ser «crear espacios» donde todo el mundo, sin excepción, pueda divertirse. Así, la visibilización de colectivos minoritarios y la normalización de las personas con diversidad funcional son, cada vez más, una de las prioridades de los organizadores de recintos con atracciones de feria. La exclusión en espacios y eventos de ocio es, por sí misma, una traición al espíritu de las fiestas populares. La democratización del acceso a estos servicios, que deberían considerarse básicos, asegura el bienestar de la sociedad en su totalidad.

Las Fiestas de la Consolación podrían ser un precedente que marque el camino hacia un futuro donde la diversidad funcional ya no sea un parámetro excluyente en las celebraciones. Fran Díaz es un ejemplo de este proceso de apertura que, poco a poco, permite a más personas con parálisis realizar las actividades que les gustan, en su caso, el boccia (un deporte adaptado similar a la petanca).

 

Para la posteridad

Fran Díaz emitió un mensaje: «Reivindico desde aquí que haya cada día y cada vez un poquito más de atracciones adaptadas. No por nosotros ahora, sino por los niños en silla de ruedas».

Las personas con autismo también pueden disfrutar de las atracciones este verano

Las fiestas patronales de Marín apagarán luces y altavoces desde las 18.00 hasta las 19.00 horas. Con este mutismo, la alcaldesa María Ramallo espera que personas con hipersensiblidad sensorial, como personas autistas, tengan la oportunidad de acudir al recinto ferial. La medida del ayuntamiento ha sido bien recibida por los propietarios de las atracciones, que se propusieron cumplir con la ordenanza desde el primer instante.

En Gondomar han impuesto un silencio semejante en su feria, de dos horas en este caso. Además, el alcalde Francisco Ferreira, pensando en los que sufren con los estruendos, ha acabado con la subvención de las bombas de palenque a favor de instalar un espacio de atracciones infantiles. La alternativa, apuntó, es mejor que «una tirada de fuegos que puede durar media hora».

«A pirotecnia é un dos elementos que máis lle afecta ao meu fillo», explica Iolanda Veloso, madre de un niño diagnosticado con un trastorno del espectro autista (TEA). Las imprevisibles detonaciones de petardos y cohetes provocan dolores, angustia, estrés e incluso crisis de pánico al pequeño. Para Iolanda y su familia, la eliminación las bombas de palenque de las fiestas debería aplicarse en otros municipios.

Esperanza Domínguez, de Asociación Autismo Vigo, insiste en el progreso que estas decisiones suponen para la gente con TEA: «Poder estar un ratito en la zona de la fiesta es un pequeño logro, pero muy importante».

«Todas as cousas que se fan desde sempre, co paso do tempo, temos a obriga de melloralas», Iolanda no podría expresarlo mejor. El objetivo debería ser común: no aguarle la fiesta a a absolutamente nadie.


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