Tres meses durmiendo en la plaza de O Berbés: «No tenía para comer»

André Michel era informático en su país. Nació en Tarbes, al sur de Francia, y acaba de cumplir 68 años bajo los soportales de O Berbés, aguantando el frío y la humedad. «No puedo ir al albergue porque no hay sitio», dice chapurreando español. No lo habla con fluidez a pesar de que lleva ocho años vagabundeando por el país, de los cuales el último lo ha pasado en Vigo.

«No puedo moverme», señala mostrando unos pies de diabético que descalza junto a un cartón de Vivesoy sin azúcar. Hoy ha sido un mal día. «No he comido porque no han venido los de la Cruz Roja», asegura mientras pide hablar bajo porque a su lado yace dormida otra mujer que, como hace él desde septiembre, pernocta en los soportales de la plaza de O Berbés.

Los arcos que cobijan a André tienen números, son sillares protegidos. Dentro de poco las grúas obligarán de nuevo a una mudanza a este francés al que la vida dio un vuelco. Dejó atrás a tres hijos. Uno murió y los otros dos no saben de la vida de su padre. «Es mejor que no sepan de mis problemas», dice mientras agradece un bocadillo que por fin le trae alguien al escuchar su relato.

El alcalde de Vigo habló ayer de la ola de frío e instó a la Xunta a actuar en este ámbito. Caballero reconoció que el albergue está lleno. La salidade una mujer con un contrato de hostelería dejó una plaza libre. Os Ninguéns pide al Concello un plan de actuación especial por el frío. El número de alojados en hostales suma 34 transeúntes.