La policía desaloja a un millar de jóvenes de un botellón en la plaza da Estrela de Vigo
Vigo
Los agentes intervinieron a las dos de la madrugada para dispersar a las aglomeraciones de personas que bebían en la calle. También hubo dos detenidos por violencia de género y un conductor ebrio.
03 Jul 2021. Actualizado a las 23:54 h.
Juego del gato y el ratón en Vigo toda la noche entre la policía y los jóvenes del botellón con carreras por la calle moviéndose de un lugar para otro para beber en corros. La Policía Nacional y la Policía Local de Vigo han desalojado esta madrugada a entre 500 y 1.000 jóvenes que hacían botellón en la Plaza da Estrela, en la zona conocida como El Nadador, para festejar la entrada en el primer mes de vacaciones del verano. Otros cien jóvenes, concentrados en A Laxe, huyeron en desbandada al ver llegar a la policía. Además, el 092 intervino tres veces en Teófilo Llorente durante la noche para evitar que se formasen corros de jóvenes bebiendo alcohol en la calle. Apenas hubo identificados ni denunciados por el incumplimiento de las normas covid porque los implicados echaban a correr al ver las patrullas.
Por su parte, la Policía Nacional constató la existencia de botellones en la mencionada Praza da Estrela, la plaza de Portugal y A Laxe, y en otros puntos, pero estos de forma testimonial. La Nacional y la Local actuaron de forma conjunta.
Los agentes intervinieron pasadas las 2.00 horas de hoy, según explicaron fuentes de la Policía Local de Vigo, y vaciaron la plaza donde una multitud congregada bebía al aire libre sin respetar la distancia de seguridad por el covid.
Esta mañana, los limpiadores del Concello recogieron decenas de kilos de basura que dejaron los participantes en el botellón, entre los que se encontraban botellas, latas de cerveza o refrescos, y bolsas de plástico. Los laterales del edificio de la Xunta también quedaron convertidos en un estercolero tras la fiesta nocturna.
El Concello y la comisaría de Vigo iniciaron el viernes por la noche un dispositivo para vigilar las grandes aglomeraciones de jóvenes en el centro urbano, que incluían agentes camuflados.
La lluvia no desanimó a los participantes, que se concentraron hasta altas horas de la madrugada en la plaza da Estrela, cerca de la zona de copas de Areal.
Recientemente, varios alumnos del Instituto Politécnico de Vigo dieron positivo tras asistir a un macrobotellón en la playa de Arenal de Mallorca y uno de ellos fue confinado en el hotel covid de Palma.
Quejas de los hosteleros
La asociación de hosteleros de la zona Náutico de Vigo, Hostelería de Pontevedra (Feprohos) y APEMER han mostrado esta tarde su preocupación por los botellones y el «mal comportamiento» de unos pocos hosteleros mientras el sector hace un esfuerzo por mantener su negocio a flote. Se quejan de que algunos dueños de bares realizan conductas «imprudentes» al incumplir las medidas sanitarias porque prestan servicio en la barra y permiten que los clientes accedan a la vía pública con sus consumiciones, fomentando las aglomeraciones en la calle. Ante tales conductas, las asociaciones de hosteleros han iniciado acciones legales.
Incidencias de la noche
Las intervenciones se realizaron en el Casco Vello y Churruca a lo largo de la noche. Cuando los policías irrumpían en algún botellón, los jóvenes echaban a correr y escapaban en desbandada por lo que hubo pocas identificaciones y multados.
El segundo botellón más multitudinario fue en A Laxe, donde está el Nadador. Los agentes, a través de las fotos, calculan que había más de un centenar de jóvenes bebiendo alcohol pero no consta que identificasen a nadie.
En la calle Teófilo Llorente, la Policía Local se presentó hasta tres veces durante la madrugada, a las 1.00 y 2.00 horas, por la gran cantidad de jóvenes en la calle. Como estos escaparon, no identificaron tampoco a nadie.
Hubo otra intervención en Montero Ríos y en la calle Irmandiños tras detectar a pandillas bebiendo alcohol en la vía pública. En el caso de Joaquín Loriga, también había personas fumando y haciendo botellón, pero huyeron a la carrera al verse descubiertos.
En la calle Uruguay, el 092 intervino tras detectar a un grupo de 20 jóvenes haciendo botellón a las 0.15 horas.
Agresiones machistas y conductores ebrios
Durante la noche también hubo dos detenidos por violencia de género y consumo de alcohol.
En el cruce de Martín Códax con Irmandiños, la Policía Local se encontró a una mujer sentada en el suelo que lloraba y que requería la presencia policial porque su pareja le había pegado una bofetada en la cara y la tiró en la acera. Sangraba en el labio y tenía erosiones.
Otra agresión machista fue en la Bajada del Capitán, donde una mujer presentaba una contusión en el ojo y una inflamación. La denunciante contó que había discutido con su novio porque él le reprochó que había bebido mucho, palabras que la molestaron, por lo que le pegó a él y este le respondió con un manotazo.
El tercer detenido fue por una conducción bajo los efectos del alcohol en Canido, número 26. El piloto de una moto Honda invadió el sentido contrario y el 092 lo paró. Dio positivo en la primera prueba de alcoholemia, con una tasa de 0,92 (casi cuatro veces lo permitido), pero se negó a hacer la segunda de contraste. Se subió al coche, arrancó para marcharse pero los agentes se lo impidieron y el conductor pegó un puñetazo en la cara del agente. Fue detenido por atentado a la autoridad.
Finalmente, la Policía Local investiga el abandono de un vehículo en una rotonda de Casa Planta, cerca del centro comercial Gran Vía. Se salió de la vía, se encaramó en la zona ajardinada de la rotonda y el conductor accidentado huyó a pie, probablemente, porque iba ebrio y no quería someterse a la prueba de alcohol.
También hubo otro incidente en Amor Ruibal, en la zona del Castro, donde un conductor ebrio golpeó a las 9.00 horas de hoy un turismo aparcado y huyó. Fue localizado en su casa, en Teixugueiras, en Navia, y dio positivo en el test de alcoholemia.
Los botellones en el casco viejo de Lugo provocan daños irreparables en el patrimonio
Los herrajes de la Catedral están muy deteriorados por los orines de los participantes, al igual que la excavación de la Domus do Mitreo
ANDRÉ S. ZAPATA
La alarma creada en torno al gran botellón celebrado el pasado jueves frente a la Catedral de Lugo ha vuelto a sacar a la palestra reclamaciones vecinales que hacía tiempo que estaban olvidadas. Más allá de la suciedad, el ruido o los incidentes que derivan de estas celebraciones -hace dos días un joven tuvo que ser trasladado al HULA-, un asunto preocupa por encima del resto a los amantes del patrimonio histórico de Lugo: los daños provocados por los participantes en los botellones que hacen sus necesidades contra los edificios más emblemáticos de la ciudad.
El monumento más damnificado es, sin duda, la Catedral. Sobre todo su puerta norte. Este elemento, para muchos el más valioso de la edificación, dentro de su estilo románico, se encuentra cobijado por un porche de estilo gótico. Data del siglo XIII. Está conformado por varios elementos como el tímpano, el pantocrator o unas columnas. Sin embargo, la pieza más reseñable es la doble puerta de entrada. Concretamente, los herrajes de la misma, que fueron reutilizados de una obra del siglo anterior. Son de carácter románico, y de una calidad excepcional, con formas de tallos de los que emergen ramificaciones en forma de volutas y pequeñas puntas lanceoladas. Son, sin duda, la parte más deteriorada de toda la Catedral, y su daño tiene un claro motivo: los orines de los participantes en los botellones.
«O deterioro nas ferraxes é evidente. A ouriña da xente corroe o ferro e estraga o seu aspecto». Son palabras de César Carnero, el delegado de Patrimonio Histórico de la Diócesis de Lugo. Sus grandes conocimientos sobre este asunto le permiten afirmar que «nas últimas décadas o empeoramento da imaxe destas portas é dramático». Afirma que están «cansos» de reclamar una solución para este tema, que «non fai máis que empeorar a imaxe da cidade e do seu patrimonio de cara á mirada dos visitantes e dos propios lucenses».
«Esta situación é prexudicial ata á hora de prantexar posibles restauracións, xa que non é o mesmo intentar arranxar unha peza que está deteriorada só polo paso do tempo que pola acción duns irresponsábeis», afirma Carnero. Cuenta, además, que todas las zonas de la Catedral cuentan con estos problemas, aunque el de la puerta norte es el más evidente.
Además, los problemas que generan los botellones son múltiples: «Van desde o tema dos ouriños, que chegan a ser incómodos para a xente que vén a misa un domingo pola mañá, por exemplo, despois dunha noite de festa, ata as feridas que ten sufrido algún viandante por cortarse cos vidros de botellas rotas no chan».
Las soluciones son varias, pero ninguna muy viable, según Carnero. «Poderían substituírse as portas por réplicas, podería pecharse a zona do atrio, poderíanse recubrir as zonas das ferraxes... pero é moi difícil. A única solución sería un comportamento cívico dos culpables», sentencia.
La Domus do Mitreo también ha sufrido estos episodios, menos habituales este año
No se libran otros monumentos de Lugo de ser usados como «baños públicos», según César Carnero. Otro experto en patrimonio lucense, cercano a la Domus do Mitreo, explica que este edificio también tiene que lidiar con la orina de los jóvenes que van de botellón. La zona trasera de la Domus es uno de los lugares de reunión habituales de estos individuos, que utilizan una de sus puertas anexas para hacer sus necesidades. De esta manera, junto con el agua de lluvia y los residuos que dejan tras los botellones, estos líquidos se filtran bajo las cristaleras de la Domus y terminan alcanzando la propia excavación. «Esto provoca un daño irreparable en una de las piezas más valiosas del patrimonio, como es el Mitreo», explica el experto. La orina, altamente corrosiva, llega a los puntos más profundos de la excavación arqueológica, y produce «un perjuicio intolerable». Desde hace tiempo se viene pidiendo el cierre de este callejón, y una obra en el pavimento cercano a la Domus podría ser una oportunidad para, al menos, clausurarlo de forma provisional.
La noche del viernes, mejor
Las autoridades, tras las celebraciones de la madrugada del jueves al viernes, confirmaron que la noche siguiente, la de ayer, fue «mucho más tranquila». No se registraron más intervenciones que un par de multas por fumar sin distancia social, interpuestas por la Policía Local. Más allá de eso, la intensificación de la vigilancia en el casco viejo de Lugo dio sus frutos, y los botellones brillaron por su ausencia. Solamente se detectaron pequeños grupos de jóvenes en el Parque Rosalía, sin mayor importancia.