Brecha salarial de 4.600 euros de media al año en la provincia de Pontevedra

El Instituto Galego de Estatística (IGE) señala que en el 2021, en la provincia de Pontevedra, la diferencia media del salario entre hombres y mujeres fue de 4.600 euros anuales. El abismo salarial se incrementa en la provincia con la edad, probablemente, porque la incorporación al trabajo de la mujer fue más lenta en décadas anteriores y porque algunas profesiones con mejores salarios siguen masculinizadas o otras con más precariedad, feminizadas. Mientras los varones menores de 18 años ganan 800 euros más que sus colegas femeninas, entre los 19 a 35 años la diferencia sube a 2.200 euros por sexo. Entre los mayores de 65 años se dispara a 10.000 euros. Para edades comprendidas entre 36 y 45 años, la diferencia aumenta a 4.500 euros al año, y para los de 55 años, la brecha salarial se dispara a los 6.400 euros. Entre los 55 y 65 años, disminuye a 5.100 euros. Un año después, a finales del 2022, y aunque los salarios medios suben con la inflación, las cifras a nivel de Galicia mejoran ligeramente y la diferencia media se reduce a 4.300 euros.

Un estudio de CCOO y UGT de marzo del 2023 admite que la subida del salario mínimo interprofesional y la reforma laboral mejoraron la situación de la mujer pero esta sigue soportando lacras como la temporalidad y la jornada parcial, la asunción de tareas y cuidados familiares.

El informe revela que Galicia registra la segunda tasa de actividad femenina más baja del Estado (solo el 45,4 % frente al 53,8 % de la media estatal). Muchas mujeres siguen inactivas porque se dedican a las labores del hogar.

La tasa de ocupación es del 48 % pero a que hay más población femenina (52,1 %) y hay ocho puntos de diferencia entre la tasa de desempleo de la mujer y la del hombre. A ello se suma que muchos trabajos están feminizados, como los servicios, pues ocupan el 56,3% de los puestos. Y solo el 32,9 % de los cargos directivos son ocupados por mujeres. A igual formación, el varón sale más beneficiado. El 56 % de las mujeres son asalariadas con contrato temporal y el 77% de los parciales recaen en trabajadoras. Este año, la contratación indefinida de mujeres pasó del 9 al 31 %.