La Voz de Galicia

El norte de Portugal, más enchufado que Galicia

Vigo

aLEJANDRA PASCUAL VIGO / LA VOZ
Un vecino recargaba ayer por la tarde su vehículo Tesla en una electrolinera de Valença.

Entre Vila Praia de Áncora y Melgaço hay 25 puntos de recarga pa;ra coches eléctricos frente a los 5 disponibles entre A Guarda y As Neves

07 Sep 2023. Actualizado a las 05:00 h.

El norte de Portugal se adelanta a la movilidad del futuro. Los municipios lusos bañados por el río Miño han apostado por instalar más postes de recarga para vehículos eléctricos que los territorios gallegos fronterizos. Por ejemplo, frente a los cinco surtidores que se encuentran en Caminha, en A Guarda hay tan solo uno. Mientras Valença cuenta ya con cuatro puntos de suministro, Tui tiene tres. Los territorios rurales, más vulnerables ante la transformación de la movilidad eléctrica, avanzan a ritmos distintos.

En las cámaras fronterizas lusas que van de Vila Praia de Áncora a Melgaço (unos 80 kilómetros de distancia) existen 25 postes de recarga de vehículos eléctricos, según el mapa elaborado por el área de Movilidad y Transporte de la Comisión Europea, que recoge todos los puntos de suministro de energía públicos y semipúblicos en el continente. En la orilla gallega, entre A Guarda y As Neves tan solo hay cinco puntos disponibles. De hecho, por los datos que maneja la Comisión no existen electrolineras en territorios como Salceda de Caselas, Salvaterra de Miño o As Neves. Este último municipio dista 30 kilómetros de Tui, donde se encuentra el punto de recarga eléctrica más cercano en la orilla gallega. La considerable diferencia entre ambos países se explica en casos como el de Vila Nova de Cerveira y Tomiño, que conforman una eurocidade. Mientras el territorio portugués dispone de cinco puntos, el gallego se nutre con tan solo uno.

La escasez de oferta resulta un lastre para una autonomía todavía más condicionada por la disponibilidad de postes de recarga que los motores de combustión. A esta altura, los municipios gallegos y del norte de Portugal avanzan a ritmos distintos a la hora de promover la modernización de la flota de vehículos y alcanzar los objetivos emitidos por la Unión Europea para disminuir la emisión de gases de efecto invernadero. La meta es reducir en un 50 % las emisiones para el año 2030 de turismos y comerciales ligeros. Y alcanzar el 100 % en el 2035.

XOAN CARLOS GIL

La situación del parque móvil en el sur del área de Vigo no es un caso aislado a nivel regional. En Galicia apenas existen 600 puntos de recarga pública, que son 2.500 menos de los previstos para el cierre de este ejercicio, según datos manejados por Anfac, la patronal española de fabricantes de coches. En cuanto al ritmo de repostaje, en Galicia apenas hay 19 puntos de carga rápida, aquellos que dotan de autonomía al vehículo en quince minutos.

Vigo dispone de medio centenar de ubicaciones públicas para alimentar las baterías de los eléctricos, la mayoría de ellos concentrados en párkines y centros comerciales. La previsión que maneja Anfac es que la ciudad debería multiplicarse por diez a lo largo de esta década para cumplir con las normativas europeas de abandono de los motores de combustión y su sustitución de formas de circulación más respetuosas con el medio ambiente.

Comarcas

La situación no varía en comarcas más pobladas como la de O Val Miñor. El mapa de electrolineras públicas y semipúblicas de la Comisión Europea ilustra once puntos de repostaje entre Baiona, Nigrán y Gondomar. Cinco de ellos se encuentran en el polígono industrial de Porto do Molle. En O Morrazo, además, apenas existen otros tres con desigual fortuna: uno en Cangas, uno en Moaña y otro en Bueu. En Redondela, hay también tres. Tantos como reúne la comarca de O Condado.


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