La Voz de Galicia

Absuelven a un percebeiro furtivo de burlar su orden de alejamiento de un banco marisquero de Toralla

Vigo

e. v. pita vigo / la voz

Dos guardias rurales de la Cofradía de Pescadores de Vigo sospechaban del mariscador ilegal pero no le requisaron ninguna pieza

10 Sep 2023. Actualizado a las 22:53 h.

Un percebeiro furtivo y reincidente ha sido absuelto de haber quebrantado la orden de alejamiento que le prohibía acercarse durante tres años y medio a pescar y mariscar a un banco de la isla de Toralla, en Vigo. Dos guardias rurales de la Cofradía de Pescadores de Vigo lo pillaron paseando por la zona y lo denunciaron pero no pudieron probar que este extrajese marisco ilegal ni que lo hubiese ocultado cerca. Y, según una sentencia que ha dictado la Audiencia, pasear sin faenar no es delito.

En octubre del 2021, los guardias pillaron al furtivo a la ocho de la mañana en unas rocas próximas a la Estación de Ciencias Marinas de Toralla y lo acusaron de incumplir una orden de alejamiento que el Juzgado de lo Penal número 1 de Vigo había dictado cuatro meses antes.

El sospechoso no portaba consigo ningún producto de pesca o marisqueo que los guardas pudiesen incautarle. Rastrearon las rocas cercanas en busca de algún saco o mochila escondidos en algún lugar de la costa pero no hallaron nada. Realmente, no había incumplido la prohibición, pues esta afectaba a la pesca, pero como lo conocían de otras veces, lo denunciaron. Uno de los guardias rurales no ocultó su interés en que se condenase al acusado, con el que tiene un pleito, lo que vició la imparcialidad de su testimonio.

El acusado fue absuelto en el Juzgado de lo penal número 3 de Vigo el pasado marzo y la Fiscalía apeló a la Audiencia porque dijo que la valoración de la jueza estaba «fuera de toda lógica» ya que había muchos indicios contra él. Aseguró que las declaraciones de los agentes evidencian que el furtivo estaba mariscando por la zona.

Pero la quinta sección de la Audiencia de Pontevedra, con sede en Vigo, le recuerda en la sentencia de junio que no se pudo encontrar el marisco que supuestamente los agentes habían visto coger al sospechoso, con el que un guarda tenía enemistad. Es cierto que un policía local dijo que él sí había visto al furtivo coger percebe y esconderlo pero luego no fue capaz de encontrar el escondite. Y nadie logró documentar en vídeo las andanzas del acusado extrayendo percebe.

Aunque la conclusión de la jueza fuese discutible, prosigue la Audiencia, ella dio un razonamiento lógico porque no hay certeza de que estuviese faenando aunque haya indicios claros de su actividad. Porque ante un abanico de alternativas, ninguna puede darse por probada. Y, ante la falta de pruebas, la Audiencia avala la absolución del percebeiro.


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