Iker Rodríguez, el niño que vuela hacia el título
Vigo
El porriñés, el piloto más joven de la parrilla con 12 años, lidera el Campeonato de España a falta de dos pruebas
02 Nov 2023. Actualizado a las 21:01 h.
Tiene 12 años, es el piloto más joven de la parrilla del Campeonato de España de Moto4 (150 c. c.) y ha tenido que sortear un montón de obstáculos para poder correr en moto, pero el porriñés Iker Rodríguez tiene a su alcance, a falta de dos pruebas, hacerse con el título en la cuarta categoría del motociclismo español.
Porque el pasado fin de semana, en el circuito de Navarra, dio el sorpasso al ganar la pole, imponerse en la primera carrera y remontar hasta la tercera posición en la segunda después de sufrir un toque en una curva, todo, en su primer año en el certamen. Iker ya había sido campeón en su día en minimotos y también ganó el nacional de Portugal en el año 2020 en dos categorías (90 c. c. y 110 c . c.). La rapidez es su principal cualidad. «En el paddock y en la Federación dicen que es un niño muy rápido. Cuando entra en pista, le cambia el chip», cuenta Jaime, su padre.
Galicia nunca ha sido territorio de motociclismo de velocidad. Por falta de circuitos, principalmente, lo que se traduce en escasez de pilotos. Iker tiene la suerte de que su padre tiene una escuela de pilotos en O Porriño en la que entrena, también participa en karting para ejercitarse, hace sus pinitos con la moto de motocrós y completa su preparación con sesiones de gimnasio. Esta dedicación ha posibilitado que el joven piloto destacase desde el primer día.
Iker comenzó a subirse a una moto con cuatro años de edad. Su padre era aficionado, pero jamás había competido. Desde el primer momento se le vieron cualidades «pero hay niños que van bien de pequeños y luego se estancan», dice su progenitor. No fue su caso. «Fue siempre rápido, desde pequeño, pero llega una edad que no basta con ser rápido, sino que hacen falta más cosas y él las tenía». Trabajo, dedicación y sacrificio, principalmente. Además «le sale todo muy fácil», como si llevara el deporte de las dos ruedas de serie.
Para poder correr el nacional de Moto4, por cuestiones de edad, ya que comenzó el certamen con 11 años, tuvo que pasar el filtro de una prueba en Valencia la temporada pasada. Conseguido el objetivo, se metió de lleno en un campeonato que consta de siete carreras dobles (Jerez, Aragón, Valencia, Estoril, Navarra, Jerez y Cataluña) y que no es género menor, todo lo contrario. El motociclismo español está en la cresta de la ola y muchos son los foráneos que se acercan a competir en él. En su estreno en Jerez, en su primera temporada, pecó de novato, fue descalificado y se quedó sin puntos, pero en la siguiente entrega, ya se hizo con el primer triunfo; en Valencia, no le fueron bien las cosas, pero en el circuito de Estoril comenzó a sacar a la luz todo el potencial que lleva dentro con una segunda posición y en Aragón terminó de explotar por completo. En la actualidad, tiene tres puntos de ventaja sobre su más directo perseguidor.
A casi 200 kilómetros/hora
Competir en Moto4 significa que Iker vive su primer año en un circuito grande y su moto puede rozar los 200 kilómetros por hora. «Todo eso requiere una adaptación, pero él la consiguió en el primer año», dice el padre, que no esconde que la aventura es todo un desafío económico. Solo estar en las carreras son 50.000 euros, cantidad a la que hay que sumar viajes y demás, teniendo en cuenta que para Iker y su equipo todo queda a 1.000 kilómetros. Ni en Galicia ni en la cornisa cantábrica hay circuitos y todos son viajes a Jerez, Valencia, Aragón o Cataluña. A nivel geográfico, Estoril (Portugal) es el punto más cercano.
Unos sacrificios que no parecen un impedimento para un piloto que apunta alto con el apoyo de su familia. «El futuro lo decidirá él, pero cuenta con nuestro apoyo al 100 %». El niño lo tiene claro: su sueño es convertirse en piloto de moto GP.
«Quiero ser piloto de moto GP», asegura Iker
«Me gustaría llegar a moto GP. Mi piloto favorito es Marc Márquez», comentó Iker Rodríguez en RadioVoz, asegurando que ve toda las carreras de la categoría reina «porque siempre aprendes». Lo dice sabiendo del sacrificio que supone estar en un deporte marcado por las distancias: «Cada vez que tenemos que entrenar en un circuito grande tenemos que ir a Estoril», pero tampoco esconde que «mola mucho subir al podio, hay mucha gente y es más profesional».
En Aragón alcanzó los 186 kilómetros de velocidad punta.
Sin recreo y con 15 minutos para comer para recuperar clases
Iker estudia primero de ESO en el colegio Lar de Mos y cada prueba es una semana fuera de casa, porque tienen que estar en el circuito los miércoles a media mañana y no salen hasta el domingo por la tarde. Teniendo en cuenta que los desplazamientos son en autocaravana salen un martes y regresan al lunes siguiente.
Eso significa que el piloto debe recuperar clases y lo hace en los recreos y en el tiempo de la comida, entre la una y las tres de la tarde, dedicándole a la manutención unos quince minutos. Además, ya fue al colegio a final de agosto para intentar adelantar materia. «El colegio le ayudan mucho y le ponen clases de refuerzo», comenta Jaime Rodríguez. Por el momento va al día con los estudios, aunque la tarea no resulta nada fácil.