La Voz de Galicia

El Palacio de la Oliva cree que la orden de cese es «un error» y continúa abierto

Vigo

alejandro martínez vigo / la voz

La empresa dice que la paralización está suspendida porque la han recurrido, mientras que el Concello ciñe ahora la orden a la discoteca sin licencia

15 Nov 2023. Actualizado a las 05:00 h.

Un error del Ayuntamiento. Así explica la propiedad del Palacio de la Oliva la orden de cese de actividad dictada por la Gerencia de Urbanismo. La empresa ha recurrido esta decisión «y su ejecución se encuentra en estos momentos en suspenso: el Palacio de la Oliva continúa desarrollando la actividad autorizada, al amparo de los títulos municipales», expresaron ayer en un comunicado oficial. Interatlantic ha presentado un recurso de reposición contra una orden municipal de «cese de toda la actividad» que se viene desarrollando en el histórico inmueble rehabilitado.

Afirman que el Concello ha emitido una orden de cese de la actividad con la incoación de un expediente de protección de la legalidad urbanística. Entienden que se basa en una consideración errónea: «la presunta falta de título habilitante para el inicio de la actividad en el conjunto de las instalaciones». La sociedad Getting Back Stones (Interatlantic) ha solicitado la suspensión de esa orden «en cuanto no se aclare lo que, a todas luces, es un error».

Desde esta empresa aseguran que cuentan con todos los permisos para ejercer sus actividades. Por una parte, la licencia que obtuvieron para la rehabilitación de la construcción para su destino a uso sociocultural y recreativo. Una vez puesto a punto el edificio, obtuvieron la licencia de primera ocupación. Posteriormente, el Ayuntamiento les otorgó una licencia municipal de actividad «en la que específicamente se autoriza el desarrollo en este inmueble de actividades, entre las que se incluyen la de restauración, bar y celebración de todo tipo de eventos gastronómicos, culturales, sociales, presentaciones, exposiciones y conferencias». Apuntan además que cumplieron con el trámite de presentar en el Ayuntamiento una comunicación de inicio de actividad, «que habilita para el desarrollo de las actividades previamente referidas, autorizadas por la administración local en la licencia municipal de actividad otorgada».

 

Discoteca

Mientras tanto, la concejala de Urbanismo ciñó a la discoteca la orden de cese de actividades. María José Caride afirmó ayer que el Palacio de la Oliva realiza actividades permitidas en la licencia otorgada el 17 de enero de este año, como las de restauración, cafetería, bar, salón de exposiciones, sala de conferencias o celebración de eventos. «El uso como discoteca está explícitamente prohibido, tanto en la delimitación de zonas acústicamente saturadas, como en el plan especial de protección y reforma interior del Casco Vello». Asegura que se ha ordenado el cese de esta actividad de discoteca, «que nada tiene que ver con el cumplimiento de las condiciones de seguridad de la instalación, si no con la normativa urbanística».

Interatlantic ha alegado contra una resolución del 20 de octubre, por la cual se ordena a la empresa la «total interrupción de la actividad» que desarrollan en el número 2 de la calle Oliva. El Concello tiene dos expedientes abiertos. El primero es un procedimiento de ineficacia de la comunicación previa de inicio de actividad. Se basa en que no han corregido deficiencias detectadas en la comunicación de inicio de actividad y no conlleva ninguna cautelar. Por otra parte, el Concello también ha abierto un expediente de reposición de la legalidad urbanística, por la que ordenó la paralización de actividades. La empresa propietaria ha advertido de que las pérdidas económicas derivadas de parar su funcionamiento serían catastróficas.

«Los sábados es un desmadre»

los vecinos de los edificios que se encuentran en los alrededores del Palacio de la Oliva se quejan de que no pueden descansar durante los fines de semana debido al barullo que se forma hasta altas horas de la madrugada. En las inmediaciones del establecimiento hay dos hoteles, una residencia de estudiantes y la sede de la Fundación Menela. Una de las educadoras de esta última afirma que ni con las puertas cerradas logran aislarse del ruido que generan sus vecinos. Otra vecina de la calle Carral señala que durante los fines de semana tiene que cerrar las ventanas para poder descansar. «Más que la música, lo que se oye es la gente, es un zumbido constante», asegura. «Están utilizando el palacio como discoteca y el ruido es abismal», señala también un empresario de la zona, que ha llamado al Ayuntamiento para quejarse. Otra vecina de la calle Gamboa señala que «los fines de semana es un desmadre. Duermo hacia ese lado y es una locura. El Palacio de la Oliva le dio vida, pero hay que cumplir unas normas», señala. «Pensé que iban a montar una cosa bonita, pero meten ahí a todo el mundo. Por aquí hay hoteles y vive mucha gente mayor, que se queja de los ruidos de madrugada durante los fines de semana. Lo que pedimos es que la policía controle el jaleo que se monta», afirma. Otro residente que vive en un inmueble contiguo afirma que los fines de semana se marcha a otra vivienda que tiene fuera de Vigo para escapar de las molestias de una terraza que asegura que es muy ruidosa. Los vecinos demandan su derecho al descanso en una zona de la ciudad declarada acústicamente saturada en el que no se permite la apertura de discotecas.

 


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