La Voz de Galicia

El secretario del Ayuntamiento de Vigo en los tiempos de la movida

Vigo

Luis Carlos Llera vigo / la voz (Vigo, 1930)

José Ramón Rodríguez-Sabugo, que estuvo en el cargo con Soto y Príncipe, y también fue secretario municipal en Ribadeo, falleció a los 94 años

01 Jun 2024. Actualizado a las 14:04 h.

Tenía una sonrisa amable y desde hacía años paseaba y debatía con gran conocimiento de causa sobre múltiples temas políticos. El jurista José Ramón Rodríguez-Sabugo (Ribadeo, 1930-Vigo 2024), ex secretario general del Concello de Vigo, falleció el pasado 24 de mayo a los 94 años y este sábado, a las 12.00 horas, se celebrará un misa en su recuerdo en la iglesia de Nuestra Señora del Carmen de Vigo.

Antes de ejercer en Vigo, Rodríguez-Sabugo Fernández también fue secretario municipal en el Concello de Ribadeo durante varias décadas. Fue precisamente en esta localidad mariñana donde el pasado día 25 de mayo recibió sepultura en el cementerio municipal. El funeral se celebró en la iglesia parroquial de Santa María do Campo. Este sábado, día 1 de junio, se celebrará una misa sabatina a las 20.00 horas en la iglesia parroquial ribadense.

Rodríguez-Sabugo solía pasear son su mujer y agradecía por la calle a todos los que le saludaban y recordaban su paso en el Concello, donde dejó una gran impronta.

Llegó a Vigo en 1986 procedente del norte de Lugo y desde el minuto uno tuvo que enfrentarse con el gobierno municipal que entonces presidía el alcalde, también fallecido, Manoel Soto, el regidor socialista de la movida. Soto lo recibió de uñas, no quería dejarle el puesto de secretario general (que Sabugo había ganado por méritos propios) y se lo quería otorgar a Francisco Crusat. Pero Rodríguez-Sabugo ganó el pleito y Crusat tuvo que marcharse a Ribeira de interventor.

Sabugo estuvo ocho años en el cargo durante mandatos de Soto y de Carlos Príncipe. Siempre se declaró apolítico, pero defendiendo las causas que consideraba justas. Así, tuvo una guerra a título personal (una vez jubilado) por la construcción del edificio administrativo de la Xunta de Galicia en la operación Abrir Vigo al Mar. Decía que no tenía ningún sentido un inmueble obstaculizando las vistas de la ría.

Pasará al recuerdo como un secretario que vivió una época convulsa en el Ayuntamiento, cuando s dirimieron asuntos peliagudos como la ampliación de licencias de taxi o el concurso de Vitrasa y lidiar con escándalos municipales como el caso Proneiras.


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