Las urnas dan aire en Vigo a PP y BNG

Las elecciones europeas celebradas el domingo han servido para que la oposición local coja aire para seguir construyendo sus proyectos políticos de cara a las elecciones municipales de dentro de tres años. No han sido capaces de quitarle en Vigo al PSOE su condición de primera fuerza lograda en los comicios comunitarios de hace cinco años, pero los notables ascensos de PP y BNG se suman a los cosechados por ambas formaciones en las elecciones autonómicas de febrero pasado, en las que los nacionalistas fueron primera fuerza en la ciudad de manera inédita y los populares segundos. Como en esas elecciones gallegas o las municipales del año pasado, las fuerzas viguesas de la oposición crecieron en apoyos en la cita con las urnas de este domingo y, en cambio, en las tres comparecencias electorales el PSOE olívico perdió votos, lo que únicamente logró evitar en los últimos comicios generales a lo largo del ahora finiquitado carrusel electoral.

Desgaste de la marca

La oferta socialista presenta por ello en Vigo un desgaste casi ininterrumpido, que ha tenido en esta última convocatoria electoral un coste de 24.063 votos respecto a sus resultados en el 2019, cita en la que además de elegirse a los componentes de la Eurocámara también se conformó la corporación municipal del anterior mandato. En las autonómicas de febrero el PSOE vigués cedió 12.588 votos, en las municipales del 2023 otras 18.745 papeletas, y ahora la deriva hacia abajo se sigue incrementando con los diez puntos porcentuales que el electorado ha dejado de conceder a la lista socialista. Aún así, en el escenario general de bajada del PSOE en España de 2,1 millones de votos menos respecto al 2019 (tres puntos porcentuales menos), los socialistas presididos en la ciudad por Abel Caballero, consiguen conformarse como los cuartos más votados del partido en las 25 ciudades españolas más pobladas. El 34,8 % de los votos recibidos solo fueron superados por su formación en Hospitalet (44,3 %), Badalona (36,4) y Gijón (35,1). En el reparto final de las papeletas, el PSOE vigués cuenta con un 0,6 % más de apoyos que hace cinco años, pese a haber caído los referidos 24.000 votos, haciéndose acreedor principal de una abstención que llevó casi a la mitad del electorado a no acudir a las urnas.

Respecto al PP, pese a carecer de liderazgo local definitivo desde la dimisión de su anterior presidenta local y candidata a la alcaldía, Marta Fernández-Tapias, los conservadores cerraron el domingo su mejor resultado en Vigo de las últimas tres citas electorales europeas. Obtuvieron 12.827 votos más que hace cinco años, como en las últimas municipales crecieron en casi 5.000, en las autonómicas en cerca de 10.000 y en las generales en otros 16.803.

Y si el PP medra en 14,5 puntos porcentuales de unas europeas a las otras, el BNG dobla sus respaldos en Vigo de una cita a la actual, llegando a las 20.460 papeletas en esta ocasión tras haber crecido en más de ocho mil y certificar un crecimiento que los nacionalistas pusieron de manifiesto en las autonómicas gallegas de febrero convirtiéndose por primera vez en el partido más votado de la ciudad con casi 57.000 votos, 25.000 por encima de sus guarismos de las elecciones gallegas del 2020.