La Voz de Galicia

La suspensión de las ayudas de la UE pone en jaque a los bancos de alimentos de Vigo

Vigo

luis carlos llera vigo / la voz

Las estanterías de Afán se quedan vacías hasta su reapertura en septiembre

02 Aug 2024. Actualizado a las 05:00 h.

Con una decisión polémica, la Unión Europea ha cerrado el grifo y cortado las ayudas para alimentos a las entidades que atienden a los desfavorecidos. Algunas familias de Vigo que acuden a oenegés como el Banco de Alimentos, la Asociación Freijeiro de Ayuda al Necesitado (Afán) y Cáritas lo empiezan a notar de forma seria y preocupante.

El Banco de Alimentos, que se ha nutrido de los excedentes europeos, mantendrá una escasa actividad en agosto con algún voluntario. Afán estará cerrado este mes, en el que cientos de hogares van a tener que racionar la comida que han recibido estos días. A los cierres se suman comedores sociales que también repartían ayuda y hay otro en ciernes, como el de Vida Digna, previsto para el 18.

Ayer fue el último día de atención al público en las instalaciones de Afán, junto a la piscina del Carmen. En los alrededores no había sitio para estacionar, ni siquiera en la zona de descargaba donde el chófer de un vehículo de Coren bajaba cajas de pollos congelados. El conductor de un turismo se afanaba por introducir en el maletero los cartones de leche que le han dado en la asociación para pasar agosto. No habían dado las doce del mediodía cuando se despachaban los últimos kilos de comida.

Hortensia González, Tensi, daba órdenes para dejar todo impoluto antes del cierre estival. «Este año cerramos en agosto para que los voluntarios puedan descansar y compaginar son sus familias», contaba rodeada de un equipo de esforzados colaboradores la responsable de Afán. «Ten cuidado con el tomate, que se te cae al suelo», indicaba a Víctor Pérez, uno de sus estrechos ayudantes desde hace siete años. «Me da dolor de corazón tener que cerrar este año porque todo ha subido mucho y la gente lo va a pasar mal. La Unión Europea nos ha dejado sin los envíos de arroz, garbanzos… Todavía nos queda un poco y con eso esperamos poder reabrir en septiembre», explica la fundadora del colectivo, Viguesa Distinguida, que lo puso en marcha hace 44 años en un local que le dejo el párroco de Freixeiro de entonces.

Este año, el Concello les han dado una subvención de más de 60.000 euros para comprar comida para atender a los cientos de familias a los que socorren. «Hoy hemos atendido a 65 familias y nos han faltado dos a las que había citado para que recogiesen también su comida. A sus 84 años, Tensi sigue con fuerzas y fumando a pesar de que ha salido hace poco del hospital. «Estoy bien, tengo alguna cosilla, pero estoy bien», cuenta desde la sala de reuniones donde recibe a sus colaboradores y donde por la radio suena, paradójicamente, un tema de Hombres G: «Voy a pasármelo bien». Pero las familias que acuden a Afán no atraviesan su mejor momento y ayer hicieron acopio para el mes de la canícula.

«No entiendo por qué han dejado de mandarnos comida. Dicen que Europa va a repartir tarjetas de Cruz Roja a los que las necesitan, pero no conozco a nadie que haya recibido alguna de estas tarjetas», se quejan. La institución recibió en noviembre el último lote de 13.000 kilos de productos no perecederos para repartir en una parroquia muy necesitada. «Nos queda comida solo para septiembre, asegura. Solo en tres días de julio entregaron alimentos de primera necesidad a 175 familias. Ante la falta de ayuda europea tiene que recurrir a la buen voluntad de empresas como Procsa, que les proporciona pescado, Larsa, que da yogures, o Coren, que a través de su fundación les entrega lotes y también vende pollos a un precio especial porque todo sale de los fondos de la entidad benéfica y de la propia directora que ha tenido que pedir un crédito de 20.000 euros para hacer frente a los gastos.

En el Banco de Alimentos, que atiende a veinte mil familias de toda la provincia, también están en jaque. Llenar las estanterías de sus instalaciones en Alcalde Lavadores dependerá más que nunca del apoyo de empresas y particulares.

Cáritas dona vegetales frescos a 50 familias gracias a un taller de horticultura

 

La solidaridad se mantiene por el área metropolitana de Vigo. El taller de agricultura ecológica do Pazo de Pousadouro entregó al banco de alimentos de Cáritas cientos de hortalizas. Gracias a un convenio firmado entre el Concello de Redondela, los productores del taller que forma a jóvenes agricultores en los cultivos tradicionales sin pesticidas son entregados semanalmente a esta entidad. Solo esta semana recogieron una producción de más de 230 kilos de vegetales que se va repartir a 50 familias beneficiarias del banco de Cáritas. Tomates de diferentes variedades, judías, pimientos, cala calabacines, remolachas son algunos de los vegetales de los que se benefician estas familias. A lo largo de este año también se distribuyeron 223 kilos de kiwis, más de 300 lechugas y cientos de manojos de otras especies como puerros, acelgas, rabanitos o rúcula.

La alcaldesa de Redondela, Digna Rivas, y el concejal de Emprego, Antonio Cabaleiro, visitaron el Pazo de Pousadouro y destacaron a labor social que se hace desde este taller formativo. El alumnado recibe una completa formación profesional al tiempo que la producción sirve para ayudar al banco de alimentos «con vexetais ecolóxicos de excelente calidade». En total son 10 los alumnos que se forman en agricultura ecológica y jardinería forestal. Además de trabajar la huerta del pazo Pousadouro, realizan trabajos en fincas da Coutada y del Camiño da Vía Vella, entre otros.

De esta forma, Cáritas puede repartir vegetales frescos que faltan en el reparto que llevan a cabo otros bancos de alimentos de la zona por carecer de logística para ello.


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