Fallece Carmen Rial, vecina de las islas Cíes: «Allí se encontraba bien, cuando volvía a tierra siempre le dolía algo»
Vigo
En el 1978 acogió en su casa a náufragos del congelador Marbel. En el archipiélago crio a sus cinco hijas y regentaba el bar Begoña
28 Dec 2024. Actualizado a las 13:27 h.
«Carmen Rial se fue a las islas Cíes al día siguiente de casarse, el 8 de agosto de 1964», recuerdan en el Parque Nacional de las Islas Atlánticas de Galicia. El archipiélago vigués despide en estas fiestas a su vecina «de adopción», fallecida a los 79 años. Su matrimonio con Benedicto Sotelo Herbello también le hizo apasionarse pro las Cíes, donde estableció su vida y crio a sus cinco hijas: Obdulia, Raquel, Belén, Begoña y Mónica.
Durante años, las islas viguesas fueron el hogar de Carmen. Nacida en Nigrán el 11 de noviembre de 1945, a finales del siglo pasado había regresado a Vigo, aunque sin perder la costumbre de viajar a la boca de la ría cada verano «para recordar sus años más felices».
Carmen Rial se trasladó a las Cíes a los 19 años. Se había casado con el vigilante del Instituto de Conservación de la Naturaleza (Icona) y en el archipiélago establecieron el hogar familiar. Allí fueron testigos de multitud de acontecimientos. En 1978, por ejemplo, su casa se convirtió en el refugio de náufragos del Marbel, el congelador que se quedó sin máquina a la altura de cabo Silleiro y finalmente acabó hundido al oeste de Monteagudo. En el accidente perdieron la vida 27 trabajadores del mar y esta vecina «fue una de las primeras personas en conocer el alcance de la tragedia al recibir a un superviviente ensangrentado que relató lo sucedido», rememoran desde el Parque Nacional. Fue un gesto de humanidad durante el mayor desastre marítimo ocurrido en la ría de Vigo.
Para reflejar el vínculo que Carmen estableció con las Cíes, quienes la conocieron recuerdan que «cuando volvía a tierra siempre le dolía algo... y pronto se le pasaba al regresar a su isla». La de Faro. Las circunstancias de la vida acabaron obligándola a retornar a territorio peninsular antes de la declaración del parque nacional y del desastre del Prestige. Sin embargo, siempre que el tiempo lo permitía regresaba en barco para disfrutar y rescatar de su memoria momentos de juventud. Entre esos recuerdos también estaban «las dificultades que pasaron con los temporales, la falta de comunicación y alguna que otra vez un poco de miedo por la soledad en invierno».
En el bajo de su vivienda, ella mantenía abierto durante el verano el bar Begoña para atender a marineros, trabajadores del faro y personal del Icona. Además, dio de comer a algunos de los primeros veraneantes del archipiélago, antes de que se convirtiese en un destino turístico de referencia en el noroeste peninsular.
El local que Carmen fue punto de encuentro en las islas, ya que «había sido autorizado por el gobernador civil de la provincia de Pontevedra pensando en ofrecer un mejor servicio a visitantes y personal del espacio protegido.
El funeral de María del Carmen Rial Garrido se celebrará hoy en la iglesia parroquial de Santa Eulalia de Camos, adonde serán trasladados sus restos desde el tanatorio Vigomemorial. Su marido Benedicto falleció en el 2022. Era el último de nueve hermanos y pertenecía a una familia nativa y reconocida de las islas más famosas de Galicia.
Estuvo al frente del negocio en activo más antiguo del espacio protegido
Carmen Rial pasó su infancia en O Val Miñor, hasta que se trasladó a las islas Cíes. Fue vecina del archipiélago por elección propia y en él forjó su trayectoria laboral. Siendo todavía joven, en la década de los sesenta, se puso al frente del Bar Begoña, un pequeño negocio en el que daba de comer a los trabajadores que operaban en las islas y también a los primeros turistas. En el bajo de su casa ofrecía comidas tradicionales, pero son más quienes recuerdan «el buen café que preparaba» y que ayudaba a muchos a entrar en calor en este paraje natural rodeado de aguas frías.
Suyo es el mérito de situar como un referente ese local, que con el paso del tiempo se ha convertido en el negocio con más solera y arraigo que sigue en activo en el archipiélago. «En homenaje a sus padres Carmen y Benedicto», explican desde el organismo del Parque Nacional de las Islas Atlánticas, las hijas del matrimonio lo han mantenido y reformado». Medio siglo después, regentan una pintoresca construcción de piedra donde cada verano sirven miles de bebidas, refrigerios y bocadillos a los miles de visitantes que cada verano visitan las Cíes. Además, ofrecen la oportunidad de disfrutar de su amplio jardín con terraza y vistas a la ciudad y a la península de O Morrazo.
La idea de montar negocio en el archipiélago fue cosa de la familia. El cuñado de Carmen Rial era Serafín Sotelo Herbello, que en la década de los setenta fundó el restaurante Serafín en la isla de Faro, que también sigue en funcionamiento. Exmarinero de profesión, fue otro referente con su mujer Esperanza, que había nacido en la isla Sur, la de San Martiño.