La Voz de Galicia

Las playas de la ría viven un proceso de desaparición

Vigo

Antón lois Amigos da terra vigo@tierra.org

Cada centímetro de aumento del nivel del mar equivale a un retroceso de un metro en la línea de costas

26 Jan 2025. Actualizado a las 05:00 h.

Las playas de A Lamiña, O Muiño y O Forte (A Guarda), las artificiales de O Mosteiro y Mougás (Oia), A Ladeira (Baiona) Praia de Lourido, actualmente conocida como playa América (Nigrán), O Adro, Baluarte, Samil, A Punta… y Rodas en las Cíes (Vigo), Arealonga (Redondela), O Peirao y Matilde (Soutomaior) y así podríamos seguir circunvalando la ría de Vigo con un listado de playas muy heterogéneas pero con una característica común: están desapareciendo.

 

En esta desaparición influyen muchos factores, pero como actor principal de fondo estaría nuestra vieja conocida, la emergencia climática. Actualmente el nivel del mar con toda probabilidad estará llegando a un aumento medio de 3 centímetros por década en el entorno de las Rías Baixas. Las últimas mediciones en la década pasada realizadas en el marco del proyecto Cligal de la Xunta de Galicia ya determinaban un aumento de 2,5 milímetros cada año y aumentando. Puede parecer poca cosa, pero tenemos que pensar que hablamos de una cantidad inmensa de agua erosionando la costa a un nivel cada vez más ascendente.

 

Se estima que un centímetro de aumento del nivel del mar equivale a un metro de retroceso en la línea de costa, y ahí están las playas.

 

El principal problema llega por mar, pero también por tierra pues en el lugar en el que se encontraban los ecosistemas dunares que servían de reservorio a la arena y compensaban su pérdida hoy están instalados los paseos marítimos, restaurantes, carreteras, aparcamientos chalés, hoteles y edificios. Se decía en aquel mayo del 68 en París que bajo los adoquines estaba la playa. En nuestro litoral, sustituyendo en general los adoquines por cemento y asfalto, es completamente cierto. También por tierra, en muchas playas que forman pequeños deltas con la desembocadura de ríos, la erosión de los mismos tampoco ayuda a conservar la arena que, y es importante recordarlo, nunca desaparece. En algún lugar se estará sedimentando la arena que antes lo hacía en las playas. El cambio en las corrientes principales por efecto de infraestructuras portuarias (rellenos, nuevos puertos comerciales y deportivos) pone también su granito de arena, nunca mejor dicho, para alterar la dinámica litoral.

 

Muchas playas van sobreviviendo a base del aporte artificial de arena. Como ya comentamos, esta lucha absurda entre algunos alcaldes ? no todos, afortunadamente ? echando arena y el mar sacándola termina con un resultado que ni cotiza en las apuestas: siempre gana el mar. Otras, como la emblemática de Rodas, subsisten también artificialmente gracias al dique y la escollera que separa Monteagudo de Faro, pero inevitablemente las Cíes volverán a ser pronto físicamente tres islas, pues Rodas está muy arriba en el listado de playas en riesgo de desaparecer. El geólogo y catedrático emérito Juan Ramón Vidal Romaní comentaba en una entrevista hace unos meses que el esfuerzo de intentar recuperar las playas tal y como las conocemos y donde están ubicadas actualmente era un esfuerzo estéril pues al menos todas las de la ría de Vigo desaparecerán en apenas un siglo. Este proceso comenzó hace varias décadas, ahora solamente se está acelerando. Este mismo fin de semana las borrascas Éowyn y Herminia golpearán con dureza las playas y ecosistemas dunares. Ya sabemos, y se lleva años advirtiendo, que estos procesos climáticos extremos serán cada vez más intensos y frecuentes. Poco podemos hacer por salvar nuestras playas, pero al menos podemos intentar mitigar el problema. Cada vez que hablemos de la emergencia climática y las medidas, urgentes, para enfrentarla, piensen también en las playas.

 


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