El hombre que negoció el traspaso de poderes

Al igual que sucediera con la designación de Francisco Conde, actual responsable de Industria, Feijoo ha echado mano de un hombre de su misma generación. Y de su máxima confianza. Alejados los tiempos de los nombramientos mediáticos y de los golpes de efecto, el presidente ha roto la tradición de nombrar un interventor, como sí hizo con el relevo de la que fue conselleira de su primer gobierno. Pero en esencia sí ha mantenido inalterados algunos patrones que distinguieron los cambios anteriores en ese departamento: un perfil técnico, que fuera un profundo conocedor del complejo entramado de la Administración autonómica y que dominase los números. Eso es lo que siempre ha buscado para una cartera donde, a diferencia de los viejos tiempos, ya no se hace política económica sino gestión presupuestaria bajo la estricta vigilancia de Madrid.

Valeriano Martínez (Cangas, 1961) entró a trabajar en la Administración autonómica casi al mismo tiempo que Alberto Núñez Feijoo. Desde entonces ambos han forjado una relación estrecha y de mucha confianza en el plano profesional, muy lejos siempre de la luz de los focos. Tanto, que en el año 2009, fue una de las personas que el presidente designó para el traspaso de poderes del anterior gobierno bipartito. Pero previamente, mucho antes, habían trabajado juntos en el Sergas, y cuando el presidente volvió a Galicia en el 2003 como responsable de las obras públicas en el último mandato de Fraga, lo nombró director xeral de Transportes. En la legislatura y media que lleva Feijoo en la Xunta ha ocupado el puesto de secretario xeral de la Presidencia, cargo de máxima confianza.

A Valeriano Martínez se le ha visto poco pese a su enorme protagonismo en los despachos autonómicos y, sobre todo, pese a su influencia en el presidente, pero su trayectoria tiene ahora como colofón el premio de un puesto de conselleiro, lo que le dará una proyección mediática mucho mayor. Quienes le conocen alaban su perfil dialogante como responsable de recursos humanos en el Sergas. Y sobre todo, su dominio de los números. Licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad de Santiago, Valeriano Martínez fue también auditor del Consello de Contas de Galicia. Ese ha sido, ahora, su gran aval para optar a la sucesión de Elena Muñoz. Nadie mejor que su perfil para una estrategia de continuidad, muy enfocada a la gestión y sin grandes alardes. Un cambio, en definitiva, para que todo siga igual.