Nigrán y Gondomar se van de parranda

La Parranda de San Pedro de Vilariño, la más madrugadora de la provincia y de las de mayor solera, con 107 años a sus espaldas, celebra además hoy su fiesta más multitudinaria. «Somos más de 700 personas porque, al haber puente, muchas empresas cierran y todos los vecinos se pueden sumar al desfile», explica Evaristo Blach. Es el presidente de la comisión organizadora desde hace un lustro, pero ya de niño participaba en la fiesta con sus hermanos, padres y abuelos, «porque es una celebración de familias enteras y una tradición que pasa de generación en generación». Todos con camisetas verdes y muchas ganas de fiesta, comenzaron el peregrinaje a las nueve de la mañana desde A Ramallosa en dirección a la capilla de San Roque de Morgadáns. Los romeros marchan guiados por un carro con músicos en directo que despiertan a toda la población a su paso. Los tractores engalanados con flores recorren, como cada 16 de agosto, los ocho kilómetros que unen A Ramallosa con Morgadáns, en Gondomar, como muestra de fe a San Roque. Son unas tres horas de recorrido en la que el ambiente de fiesta no decae ni un segundo. Al llegar a la villa condal, se desfila hasta la capilla y se rodea para completar el protocolo tradicional. Aún hay tiempo para reponer fuerzas con empanada antes de asistir a la misa solemne con procesión. Tras rematar los actos religiosos, la parranda y la fiesta se trasladan hasta la carballeira, donde además se celebran las populares pujas de San Roque.

Esta parroquia de San Pedro de A Ramallosa y Morgadáns son dos pueblos hermanados por la tradición popular y ya llevan más de un siglo haciéndose visitas mutuas durante sus fiestas patronales. Los de Morgadáns acuden a las fiestas grandes de San Pedro el 29 de junio y estos les devuelven la visita por San Roque.