«Estamos desbordados con la velutina»

La sucesiva aparición de nidos de velutina y las continuas llamadas para su retirada traen de cabeza al servicio de emergencias del Concello de Mos. Los efectivos no dan para más. «Estamos desbordados, más aún, lo siguiente. Nos llaman particulares, del 112, del 012, de todas partes, sobre todo la última semana, aunque en las dos últimas se ha registrado un aumento desproporcionado, siete u ocho llamadas al día; tenemos cola para retirarlos, de las 80 solicitudes de los últimos tiempos, unas cuarenta están en lista de espera», explica el coordinador Rodrigo Iglesias.

Reconoce que al cabo del día solo pueden quitar dos o tres porque tienen que atender otras emergencias y no pueden estar en todo. «Se tendrían que hacer campañas de trampeo en marzo y abril, pero el covid rompió todo, por eso hay exceso», indica.

Viviendas unifamiliares y árboles son los espacios en los que más nidos se concentran y para su eliminación se sirven de diferentes métodos, según la situación. Para los situados a solo tres o cuatro metros de altura se utiliza una escalera con la que colocan el veneno para retirarlos a continuación y trasladarlos en sacos.

Si los nidos están a más altura (algunos llegan a situarse a más de 20 metros) no se arriesgan a elevarse, ya que incluso sería muy complicado. En estos casos disparan el veneno con una escopeta con el fin de neutralizarlos. No es necesario retirarlos. Simplemente se realiza un seguimiento para comprobar que la avispa ha muerto. La mayoría se desprende con el tiempo y la reina no vuelve a utilizarlo de un año para otro.

«El covid lo anula todo y por eso no se habla de esto, pero los problemas siguen existiendo, la gente sale ahora a la calle y se encuentra con que las avispas siguen ahí. Estamos muy atareados entre velutinas, el covid, emergencias, accidentes... No paramos», comenta Iglesias.

Explica con detalle que la mejor hora para retirar los nidos es con la caída de la tarde, al anochecer, entre las 21.00 y las 23.00 horas, para atacarlas cuando regresan a los nidos, un momento un tanto impertinente para una jornada laboral normal.

«Tenemos llamadas de fuera, un poco de cada ayuntamiento, pero no podemos acudir, y aunque la Xunta ayude, tampoco dan abasto. Es un problema que se está haciendo una bola muy grande», apunta el coordinador.

Lleva seis años combatiendo la velutina y a estas alturas se las sabe todas. En el Concello de Mos se tomaron en serio su erradicación hasta el punto de comprar hace dos años una escopeta de aire comprimido para facilitar el trabajo. Antes, los nidos que estaban a mucha altura se atacaban con pértiga. Sin embargo, parece no ser suficiente ante la rápida propagación de la avispa. No solo eso, sino que hace cuatro años los nidos se situaban mayoritariamente en las zonas forestales y estaban más localizados, mientras que con el tiempo se han ido aproximando a todo tipo de edificaciones: casas (aleros y cámaras de aire), galpones, garajes y desvanes, entre otros muchos espacios.

El pasado año Seaga, que lleva a cabo la lucha contra la velutina de la Xunta, recibió un total de 1.841 llamadas de Vigo y cinco municipios del área (O Porriño, Mos, Nigrán, Gondomar y Redondela), lo que da una idea de la magnitud del problema.