Encargan a antropólogos aclarar el misterio del cráneo de Nigrán

Un estudio antropológico podría resolver el misterio del cráneo y unos huesos hallados en Nigrán bajo los cimientos de un edificio de Playa América, un antiguo hotel construido sobre una duna en los años 30 del siglo XX. El primer análisis forense revela que las piezas óseas halladas son «muy antiguas» y es totalmente seguro que superan los 20 años. Este dato supone que el hallazgo de los restos del esqueleto carecen de relevancia judicial porque, de haber un delito, este ya habría prescrito al transcurrir más de dos décadas desde su comisión. En el primer análisis ocular, los forenses del Imelga de Vigo no han descubierto indicios, marcas, signos, traumatismos o fracturas que evidencien una muerte violenta o por accidente.

Los antropólogos que examinen los restos se centrarán en diversas características de los huesos para determinar la edad de la persona a la que pertenecieron, su sexo y otros datos de interés que ayuden a hacer una composición de lugar. El estudio de su dentadura podría revelar detalles sobre si tenía una dieta pobre o rica y, a través de algunos minerales, deducir su origen social o su profesión.

Paralelamente, los forenses van a solicitar un estudio del perfil genético para comprobar si pertenece a una persona del entorno de O Val Miñor o la ría de Vigo, si son caucásicos (europeos) o tiene otro origen étnico.

Todos estos estudios no permitirán identificar al fallecido a no ser que su ADN presentase coincidencias muy altas con las de algún familiar vivo o saltase en la base de datos policial, algo improbable.

La principal hipótesis que manejan los investigadores es que el cráneo y los huesos fueron enterrados antes de construirse el edificio. La prueba es que estos restos aún conservaban arena, material que se ha preservado por si puede arrojar alguna pista sobre la procedencia de las antiguas dunas de Playa América, antes denominada arenal de Lourido.

La segunda teoría más aceptada es que esos huesos forman parte de un nicho que fue vaciado para colocar otro cuerpo. Probablemente, se trataría de un cementerio próximo al lugar, o que era pequeño y del que se ha perdido la memoria. Los restos sobrantes del nicho se habrían enterrado en las dunas a la suficiente profundidad para que quedasen por debajo de los cimientos. La hipótesis contraria, que alguien cavase un pozo por debajo de los cimientos para enterrar los huesos, parece poco probable porque sería una tarea muy laboriosa, complicada y poco lógica.

Quizás los antropólogos arrojen luz sobre el misterio.